La oposición reclama la posibilidad de que en los próximos meses se lleve a cabo el revocatorio como una salida a la crisis que vive el país, afectado por el desabastecimiento de alimentos y medicinas y con una economía fuertemente golpeada por la caída de los precios petroleros, su principal fuente de ingreso.
Mientras el chavismo, con Maduro a la cabeza, señaló ayer que, de cumplirse los requisitos de ley, esta consulta tendría lugar en 2017, ya que debió solicitarse el 11 de enero pasado, un día después de cumplirse la mitad del actual periodo presidencial.
«Si cumplen sus requisitos, el referéndum revocatorio será el próximo año y punto», afirmó Maduro durante un acto oficialista, horas después de que su canciller, Delcy Rodríguez, expusiera esta tesis ante el cuerpo diplomático acreditado en el país.
Rodríguez declaró al canal estatal VTV que «así está establecido en la Constitución en su artículo 72, así está establecido en las normas, leyes y reglamentos que regulan esta figura del referendo».
Pero el presidente de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento), el opositor Henry Ramos Allup, sostuvo hoy que «están dadas todas las condiciones para que el referéndum» se celebre este año «sin más dilaciones».
Ramos Allup apuntó que el chavismo sabe «que el referéndum este año significa que a los 30 días hay elecciones presidenciales», por lo que apuesta que «se haga el año que viene para que todo quede en casa».
El trasfondo de la discusión es el escenario que se configurará en el país después de esta consulta.
Ya el economista Luis Vicente León había dicho a Efe que «la historia es completamente distinta si ese referéndum revocatorio ocurre en 2016» o en 2017.
De resultar contrarios los resultados para Maduro se presentaría, según el artículo 233 de la Constitución, una falta absoluta del presidente.
Y en ese caso, la Carta Magna marca dos rutas: cuando la falta absoluta «se produce durante los primeros cuatro años del período constitucional» y cuando ocurre «en los últimos dos años».
En el primer caso, la Constitución dicta que se proceda a una «nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes» y mientras se elige al nuevo gobernante se encargará del Ejecutivo el vicepresidente.
De presentarse la falta en los «últimos dos años del periodo constitucional», la Carta Magna apunta que el vicepresidente asumirá la Presidencia «hasta completar dicho periodo».
Para algunos sectores, el chavismo más que una elección se jugaría, de darse el referéndum, su continuidad al frente de un Gobierno que inició en febrero de 1999 el presidente Hugo Chávez, fallecido en marzo de 2013, y a quien sucedió Maduro.
Sin embargo, ya el chavismo ha superado en las urnas esta prueba. En 2004, Chávez se sometió a este mecanismo incluido en la Constitución promovida por él mismo y aprobada en 1999, y resultó ganador después de que el «NO» se impuso con el 59,1 %.
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