Una niña de 11 años cambió las tardes de juego para hacer algo que le apasiona: enseñar a leer a su vecino, quien tiene 60 años de edad.
Sucede en Argentina, en la provincia de Santa Fe. Todos los días, Pilar regresa de su escuela para visitar la casa del señor Rafael e instruirlo a leer y escribir, dejarle tarea y revisar sus avances.
La pequeña alfabetizadora explicó al programa Telenoche que ofreció ayudarle cuando se enteró que Rafael no aprobó el examen para renovar la licencia para conducir. «Creo que en cinco o seis meses ya va a leer, pero le va a faltar un toquecito nada más«, dijo Pilar al programa televisivo.
Para Rafael, la actitud de Pilar es conmovedora: «Me enseña con tranquilidad. Yo reconozco el sacrificio porque en vez de ir a jugar, viene a enseñarme» y habla de la trascendencia de las actividades de la niña en su vida: «Si no fuera por ella, no conocería ni una letra».
La «niña maestra», como ya se le conoce en los medios de comunicación locales, tuvo la iniciativa cuando Rafael iba a visitarla y pedirle que le ayudara leyéndole documentos. Otras personas lo han discriminado por el hecho de no saber leer.
En entrevista para medios internacionales, como Antena 3, en España, Pilar explica que las clases no son improvisadas. Las prepara el día anterior y eso le ha traído frutos: Rafael ya se sabe todas las letras.
El analfabetismo en el mundo
De acuerdo con el «Informe de seguimiento de la Educación para Todos», publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés) en 2015, aún existen 757 millones de adultos y 115 millones de jóvenes analfabetas en todo el mundo.
Aunque la cifra aún es alta y lejos de las metas establecidas por organismos internacionales, se redujo del 18% de la población mundial en el año 2000, al 14% en 2015.
