EFE
La filial estadounidense de la marca italiana de bolsos y artículos de moda Gucci ha decidido abandonar la Coalición Internacional Antifalsificaciones, con sede en Washington, después de que la entidad permitiera en abril la incorporación del gigante chino del comercio electrónico Alibaba.
Según recoge heste lunes el diario oficial chino Shanghai Daily, Gucci América se suma a la decisión que también tomo el diseñador neoyorquino Michael Kors, que salió del organismo tras calificar a Alibaba, que en 2014 hizo en Wall Street la mayor salida a bolsa de la historia, como «nuestro adversario más peligroso y dañino».
En el caso de Gucci, que pertenece al grupo francés del lujo Kering, la compañía participa, junto a otras marcas de su matriz, como Balenciaga, como demandante en una querella presentada contra Alibaba en un tribunal federal de Nueva York hace justo un año.
Las firmas del grupo Kering acusan a Alibaba de fomentar y lucrarse a sabiendas con falsificaciones de sus productos que se comercializan en sus portales de comercio electrónico, aunque la compañía china rechazó esa responsabilidad.
El año pasado Alibaba tuvo semanas de tensión con la Administración Estatal de Industria y Comercio de China (SAIC), que acusó a la compañía de permitir el comercio de numerosos productos falsos o de mala calidad, aunque la firma lo negó y dijo que le es imposible luchar contra el problema sin ayuda de las autoridades.
Ambas partes acordaron que Alibaba comparta los datos de transacciones de sus portales con las autoridades chinas de supervisión de la calidad, ya que la compañía no puede actuar contra una empresa o un particular que utilicen sus portales mientras no haya una queja formal por parte de algún usuario.
«El hecho es que existe un mercado para los productos falsos», explicó a Efe entonces Wang Gao, codirector del Centro para la Globalización de las Empresas Chinas de la Escuela Internacional de Negocios China-Europa de Shanghái (CEIBS).
De esta manera, dijo, «en muchos casos hay un acuerdo consentido entre el vendedor y el comprador, que sabe lo que está comprando, así que no va a protestar».
«Alibaba también tiene su parte de responsabilidad, porque es consciente de la situación», matizó Wang, «pero carece de todas las armas necesarias para controlarla».
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