Los restos del poeta y premio Nobel chileno Pablo Neruda volverán a ser enterrados en su casa del balneario Isla Negra, en la costa central de Chile, tres años después de su exhumación para investigar si fue envenenado por la dictadura de Augusto Pinochet.
Neruda retornará el martes a Isla Negra, el lugar donde se refugió en sus últimos años con las olas del Pacífico como horizonte, cuando está a punto de concluir la investigación que busca aclarar su muerte.
Cuatro laboratorios de Estados Unidos, España, Noruega y Dinamarca analizan en paralelo el ADN de una bacteria (estafilococo dorado) hallada en los restos del poeta, fallecido unos días después del golpe de Estado de Augusto Pinochet contra el gobierno de su amigo, el socialista Salvador Allende, en septiembre de 1973.
«Estamos a la espera de estas pericias que son claves para determinar si el estafilococo le fue introducido a Neruda en esa época o, por el contrario, apareció en sus restos producto de la manipulación posterior», explicó a la AFP el abogado querellante Eduardo Contreras.
El estafilococo dorado es una bacteria altamente infecciosa y los querellantes creen que le pudo haber sido inoculada a Neruda a través de un inyección en su pecho horas antes de su muerte, el 23 de septiembre de 1973, en una clínica de Santiago donde había sido trasladado por el agravamiento de su estado de salud debido a un cáncer de próstata.
Hasta 2011, esa enfermedad había sido señalada como causa de su muerte, pero el testimonio de su exchofer y asistente personal, Manuel Araya, -que lo acompañaba el día de su fallecimiento- levantó un manto de dudas sobre la responsabilidad de agentes de la dictadura de Pinochet, que ya usó agentes químicos para el exterminio de opositores.
A casi 43 años de su muerte, se espera que en mayo próximo estén los resultados finales de los análisis para cerrar definitivamente esta investigación iniciada hace tres años.
Misteriosa inyección
La dudas se centran en la misteriosa inyección que recibió Neruda horas antes de su muerte. Inicialmente, no causó sospechas, pero tras la investigación de la muerte, nueve años después, en el mismo centro hospitalario del ex presidente Eduardo Frei Montalva, también por un súbito agravamiento tras una operación de hernia, se han ido atando cabos.
Según Contreras, la investigación judicial ya ha logrado determinar que fue el mismo equipo médico que atendió a Neruda el que intervino en el caso del expresidente Frei, fallecido de una súbita septicemia, a causa de un agente patógeno externo, en momentos que se proyectada como un férreo opositor a Pinochet.
Varias investigaciones judiciales lograron determinar que de la mano del químico Eugenio Berríos -asesinado en Uruguay por militares chilenos y uruguayos en 1991- la dictadura chilena desarrolló tóxicos como el gas sarín, somán y tabún, para ser usados en conflictos con países vecinos y contra opositores.
Y tal como en el caso de Frei Montalva, se cree que a través de uno de estos agentes químicos se buscó eliminar a Neruda que en su calidad de miembro del Partido Comunista había prometido encabezar desde México la oposición al naciente régimen.
«Dependemos ciento por ciento de estas pericias», dice el abogado Contreras, que después de años de investigación se declara convencido de que «Neruda fue asesinado», aunque asume que por el paso de los años la investigación podría cerrarse con «una verdad no comprobada científicamente».
De momento, sigue anexando pruebas a la indagatoria en manos del juez Mario Carroza. El jueves ingresó fotografías del poeta captadas días antes de su muerte y publicadas por la revista española Triunfo en las que se le ve «gordo y rozagante» y «no en estado de enfermo terminal».
Regreso a Isla Negra
Después de que fueran exhumados el 7 de abril de 2013, los restos de Neruda regresarán a Isla Negra para descansar en la tumba que construyó en el jardín de su majestuosa casa junto a su tercera esposa Matilde Urrutia.
Una orquesta juvenil le rendirá honores al poeta, autor de algunos de los versos de amor más leídos del mundo, que lo hicieron merecedor en 1971 del Nobel de Literatura y lo han convertido en uno de los mayores embajadores de la literatura chilena.
Un día antes, en Santiago, el Congreso chileno también le rendirá honores.
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