La tregua en Siria parecía a punto de volar en pedazos este lunes, después de que 10 grupos rebeldes anunciaran una respuesta coordinada a las «violaciones» del alto el fuego por parte del régimen, al tiempo que la oposición amenazaba con abandonar las negociaciones de paz en Ginebra.
Respetado globalmente, el acuerdo de cese de las hostilidades impuesto por Washington y Moscú desde el 27 de febrero peligra desde hace una semana por una nueva escalada de los combates y bombardeos, principalmente en la metrópolis septentrional de Alepo y su provincia.
Diez grupos rebeldes, principalmente islamistas, entre ellos los influyentes Ahrar al Sham y el grupo de inspiración salafista Jaish al Islam, anunciaron este lunes que iban a poner en marcha una respuesta coordinada.
«Tras un aumento de las violaciones (de la tregua) por parte de las fuerzas del régimen, especialmente en los campos de desplazados y (…) en los barrios residenciales, declaramos la creación de un centro de operaciones conjunto y el inicio de una batalla (…) para responder», indicaron en un comunicado, prometiendo al ejército sirio «una respuesta fuerte que le servirá de lección».
La batalla anunciada «concierne el norte de la provincia de Latakia», uno de los principales bastiones de Bashar al Asad en el oeste de Siria, explicó a AFP el portavoz de Jaish al Islam, Islam Alush.
La ofensiva rebelde había comenzado en esta región este lunes por la mañana, según el propio Alush y el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (Osdh), que dispone de una gran red de fuentes por todo el país.
Los enfrentamiento seguían causando estragos en varios fuentes de la provincia de Alepo, repartida entre el ejército, los rebeldes, los yihadistas y los kurdos.
En la ciudad del mismo nombre, dividida en dos desde 2012, la televisión oficial informó de que ocho personas habían muerto este lunes por disparos de cohetes lanzados por los rebeldes sobre barrios controlados por el régimen.
Estos nuevos enfrentamientos se producen un día después de la muerte de 22 civiles en bombardeos mutuos en la ciudad entre los bandos beligerantes, uno de peores balances desde que el alto el fuego entró en vigor. La «está más amenazada que nunca», indicó a la AFP Rami Abdel Rahman, director de la Osdh.
– «Golpeadlos» –
En Ginebra, la tarea del emisario de la ONU Staffan de Mistura, que dirige una nueva ronda de negociaciones indirectas entre el régimen y la oposición, se complica un poco más cada día.
El domingo, el negociador jefe de la oposición siria, Mohamad Alush, apeló a nuevos ataques contra el régimen de Bashar al Asad. «No os fiéis del régimen ni esperéis que se apiade de vosotros. Golpeadlos (…) por todas partes», tuiteó, citando un versículo del Corán. Más tarde, Alush matizó desde Ginebra que había hablado en términos de autodefensa.
Las negociaciones entre oposición y régimen, que tratan de poner fin a cinco años de conflicto, que han dejado más de 270.000 muertos, se encuentran en un punto complicado.
Tras una primera ronda que tropezó con las discrepancias sobre la suerte del presidente sirio, esta nueva sesión -calificada de «crucial» por Mistura- podría acabar antes de tiempo: el domingo, la oposición se planteaba abandonar la negociación tras los bombardeos mortíferos del fin de semana en Alepo y por la negativa de la delegación progubernamental a abordar la salida de Asad.
El Alto Comité de Negociaciones (ACN, coalición opositora) exige que se instaure un órgano de transición, excluyendo la participación del presidente sirio, mientras que el Gobierno defiende la necesidad de una coalición y afirma que la presencia de Al Asad es imprescindible y no negociable.
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