Más de mil emigrantes, en su mayoría cubanos, ingresaron este miércoles a Costa Rica por la fuerza desde Panamá, donde se encontraban varados en su intento por llegar a Estados Unidos, denunció el gobierno costarricense.
«Hoy ingresaron a Costa Rica de manera violenta y forzada más de mil migrantes irregulares, lo que se convierte en una afrenta al pueblo costarricense», señaló un comunicado de la Presidencia.
Imágenes de la televisión en el paso fronterizo de Paso Canoas mostraron cómo los emigrantes enfrentaron a las autoridades locales que intentaban impedirles el paso, y en la disputa se quebraron los vidrios de algunos vehículos y locales.
Sin embargo, hacia el final de la tarde de este miércoles solo quedaban 120 isleños en territorio costarricense, mientras que los restantes habían cruzado la frontera de vuelta a Panamá, aseguró vía telefónica a la AFP un vocero de prensa del ministerio de Seguridad Pública destacado en la zona, Carlos Hidalgo.
«Los que quedan están a la espera de que se les resuelva favorablemente una solicitud para continuar viaje por territorio costarricense, pero la posición del gobierno es firme en no aceptar ningún otro migrante», señaló el funcionario.
Hidlago afirmó que unos 150 agentes de Policía refuerzan la seguridad en la zona fronteriza -adonde se ha desplazado el ministro de Seguridad, Gustavo Mata- y que la situación es «controlada y pacífica».
– Estados Unidos responsable –
«Costa Rica dio un ejemplo al mundo con la atención humanitaria (…) de más de 8.000 personas (cubanas) que quedaron varadas en nuestro territorio entre noviembre de 2015 y marzo del 2016», recordó la declaración oficial.
Sin embargo, el país no tiene capacidad económica ni logística para atender a nuevos grupos de emigrantes, que serán rechazados respetando «contundentemente», pero respetando los derechos humanos, agrega el texto.
El canciller costarricense, Manuel González, dijo en conferencia de prensa que diversas normas de Estados Unidos, como La ley de Ajuste Cubano y la política de «pies secos, pies mojados», constituyen «un incentivo perverso a la migración y favorecen las condiciones para el tráfico de seres humanos».
Ambas normas garantizan la permanencia en ese país a los cubanos que logren alcanzar territorio estadounidense por cualquier vía, lo que ha creado una masiva ola de emigrantes que viajan de Cuba a Ecuador vía aérea y desde ese país suramericano por tierra hacia Estados Unidos, en un largo y peligroso periplo.
González anunció que el gobierno costarricense enviará una carta al presidente Barack Obama para «expresar el repudio de Costa Rica» a la vigencia de esa normativa.
– «A la fuerza ni los zapatos entran» –
Los emigrantes, que podrían ser entre 1.000 y 1.200, «son fundamentalmente personas cubanas», aunque hay entre ellos un número pequeño de migrantes extracontinentales, africanos y asiáticos», confirmó por su parte la directora general de Migración, Kattia Rodríguez.
El canciller González recordó que desde el pasado 18 de diciembre, Costa Rica anunció la suspensión de visas temporales a los cubanos, a quienes advirtió que no toleraría ingresos por la fuerza.
«Si quieren doblegar a Costa Rica por medio de avalanchas de gente, están equivocados. A la fuerza ni los zapatos entran», señaló el jefe diplomático.
Entre noviembre y marzo pasado, Costa Rica atendió a unos 8.000 cubanos que quedaron varados en el país luego de que el gobierno de Nicaragua les cerrara la frontera.
El gobierno del presidente Luis Guillermo Solís dirigió complicadas negociaciones con países vecinos y finalmente logró poner en marcha un operativo para trasladar a los isleños por tierra y aire hasta la frontera entre México y Estados Unidos, proceso que concluyó a mediados de marzo pasado.
Este martes, autoridades migratorias de América Central, Colombia, Ecuador, México y Estados Unidos se reunieron en Costa Rica para buscar salidas al flujo continuo de emigrantes cubanos por estos países, pero según dijo González los resultados no fueron satisfactorios.
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