Los feminicidios han crecido los últimos años en América Latina y la gran mayoría de estos asesinatos de mujeres permanecen en la impunidad, alertó ONU Mujeres en un informe divulgado este martes en El Salvador.
«El feminicidio y otras formas de violencia contra las mujeres en la región siguen en aumento y la aplicación de la justicia continúa siendo limitada, con 98% de impunidad», aseguró la directora de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, la brasileña Luisa Carvalho, al presentar en San Salvador el estudio «Prevenir los Conflictos, Transformar la Justicia, Garantizar la Paz».
Se entiende como feminicidio el homicidio de una mujer por cuestiones vinculadas al género.
Para Carvalho, en el contexto de violencia que vive la región, «no es sorprendente» que de los 25 países del mundo con las tasas más altas de feminicidio, 14 están en América Latina y el Caribe.
«El Salvador, Honduras y Guatemala, tres países vecinos, presentan algunas de las tasas de feminicidios más altas del planeta», consigna el estudio.
Sin proporcionar cifras, el informe indica que en los tres países centroamericanos donde las pandillas intranquilizan a la población «las mujeres y las niñas experimentan espeluznantes tasas de violencia letal y no letal».
«Nos encontramos ante una situación de gran emergencia que requiere la coordinación de todos los actores», resume la funcionaria de ONU Mujeres.
Según el informe, el número de mujeres de esos tres países del norte de Centroamérica que intentaron migrar con sus hijos a Estados Unidos pasó de 12.000 en 2013 a más de 66.000 en 2014.
Añadió que el número de niñas menores de 18 años no acompañadas atrapadas en la frontera entre EEUU y México aumentó en 77% en 2014.
En Colombia, los datos de la Unidad de Atención y Reparación Integral a las Víctimas, desde antes de 1985 muestran una proporción equitativa de víctimas masculinas y femeninas.
«Se han registrado más de 127.708 víctimas por el conflicto armado, de las cuales, el 52% son mujeres. Estas cifras ayudan a entender de qué manera la acción humanitaria necesita adaptarse para responder a las necesidades particulares» de los diferentes grupos afectados, destacó Carvalho.
En Guatemala, ONU Mujeres celebró que el año pasado, luego de un largo proceso que incluyó peritajes especializados, se abrió a juicio un caso de «esclavitud doméstica y sexual» durante el conflicto armado interno que sufrieron 15 mujeres indígenas en un destacamento militar.
Se trata del «primer caso que fue juzgado y sentenciado in-situ, un hito en la historia mundial», reflexionó Carvalho.
Para facilitar y aportar al cumplimiento de la ley contra el feminicidio y otras formas de violencia contra las mujeres, la ONU ha desarrollado un modelo de protocolo latinoamericano para la investigación de ese delito que ya se adoptó en México, Brasil, Ecuador y Panamá.
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