Economía

Cómo combatir los síntomas del estrés post vacacional

 

Marzo acaba de terminar su primera semana, pero muchos recién están incorporándose al trabajo y a la rutina de los colegios, con el aumento del flujo vehicular, los tráficos volvieron a ser parte del día a día. Estos son elementos que pueden empeorar el shock de volver a la oficina, que trae de consecuencia síntomas que repercuten no sólo en los mismos profesionales, sino que en todo el ambiente laboral.

«Muchos llegan a sentirse culpables por salir de vacaciones, pensando que al regreso hay trabajo acumulado y urgencias sin resolver. Esta culpa provoca ansiedad y entorpece la adaptación al trabajo, pues la persona trata de resolverlo todo rápidamente generando estrés”, explica el sicólogo laboral de la empresa de recursos humanos GrupoExpro, David Moreno.
 
Si bien el “síndrome o estrés post vacacional” no es un concepto consensuado en la comunidad científica, es un término social, por lo recurrente de algunos síntomas en la sociedad moderna.

Publicidad

 

“Lo que ocurre es una dificultad de adaptarse después de las vacaciones al trabajo. Esto es algo muy frecuente, pues las personas pasan desde un contexto de libertad, relajo, diversión, descanso sin normas de horario, a un contexto más restringido que implica volver a la rutina de trabajar, cumplir horarios, asumir responsabilidades y metas”, añade.
 
Esta dificultad de adaptación se manifiesta en síntomas físicos y sicológicos como sudoración en las manos, palpitaciones e incomodidad estomacal propios de la angustia, e irritabilidad, insomnio, lentitud para ejecutar las tareas, menor rendimiento por querer resolver todo de manera inmediata, cambios de humor y desinterés.

Para evitar el estrés post vacacional, el especialista de GrupoExpro entrega algunas recomendaciones:
 
Regresar antes: volver del lugar de vacaciones al hogar con dos o tres días de anticipación para tener tiempo de descansar, regularizar el sueño, comprender y realizar la transición paulatina a la rutina del día a día.
 
Trabajar desde lo más simple: para facilitar la adaptación, en lo posible partir por las tareas más simples hasta llegar a las más críticas y difíciles, y que requieren mayor análisis y concentración.
 
Evitar la ansiedad: cuando se regresa de vacaciones, normalmente hay numerosas tareas acumuladas y correos electrónicos en espera de respuesta. Es habitual que las personas se abrumen y quieran revisar todos los mails en un día, tratando de dar solución a todo lo pendiente de manera inmediata.
 
Evitar la ansiedad de resolverlo todo en un día: se recomienda avanzar paulatinamente en la tareas, de manera ordenada y sin agobiarse.

Conversar con el jefe sobre las prioridades: permitirá ordenar las tareas y delegar las que sean necesarias.
 
Ponerse al día con los compañeros: al llegar al trabajo, es bueno compartir las experiencias que generaron las vacaciones, lo que evita un cambio brusco entre éstas y el trabajo, lo que ayudará a realizar una transición suave y amigable.
 
Combinar vida personal y profesional: evitar transformar la realidad del trabajo en algo adverso, y conciliar la vida laboral con la personal. Esto implica mantener las actividades que realizábamos en vacaciones, como practicar yoga, andar en bicicleta, ir a un restaurant con amigos, ir al teatro, salir a caminar. Así evitará vivir de manera negativa la reincorporación al trabajo.

 

 

DP/CA

Síguenos en Google News:Google News

Contenido Patrocinado

Lo Último