Los jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea (UE) inician hoy una cumbre de dos días en la que intentarán cerrar un acuerdo con el Reino Unido que satisfaga sus demandas de reformas en la UE y que lo mantenga en el seno del club comunitario.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, afirmó en la víspera de la cumbre, no obstante, de que «no hay garantías aún» de que los veintisiete socios comunitarios y el Reino Unido logren un acuerdo, mientras las consultas continúan a contrarreloj para facilitar precisamente un consenso.
Tusk urgió a los líderes en su carta de invitación al Consejo Europeo a «permanecer constructivos» en las negociaciones con el primer ministro británico, David Cameron.
Admitió que los socios «diferimos en algunos aspectos políticos», y dijo ser plenamente consciente de que será difícil superarlos.
Los países de la Unión apuran las conversaciones sobre las exigencias expuestas por el Reino Unido para permanecer en la UE, ante el referendo que quiere convocar antes del verano y en el que los británicos se expresarán sobre si quieren salir del club o no.
Tusk advirtió de que un fracaso significaría «una derrota tanto para el Reino Unido como para la UE, pero sobre todo una victoria geopolítica para aquellos que buscan dividirnos».
Los líderes trabajarán sobre la base de la propuesta que Tusk presentó el pasado 2 de febrero sobre las cuatro áreas en las que Londres exige reformas: la gobernanza económica, la competitividad, la soberanía y los beneficios sociales y libre circulación.
Las capitales estudian desde el miércoles las últimas «aclaraciones técnicas y jurídicas» de los negociadores, pero «todos los elementos políticos permanecerán abiertos» para que decidan sobre ellos los líderes, según Tusk.
El objetivo es alcanzar un acuerdo legalmente vinculante e irreversible que responda a las preocupaciones del Reino Unido, pero que sea al mismo tiempo satisfactorio para todos los demás socios.
Los aspectos más sensibles de la propuesta de acuerdo siguen siendo la restricción del acceso a beneficios sociales de trabajadores comunitarios, la voz que quiere tener Londres en decisiones clave de la eurozona que le pueden afectar, las excepciones que reclama para la City y las diferentes interpretaciones de una «Unión cada vez más estrecha».
Además, durante la cena, los líderes abordarán la crisis de los refugiados, aunque sin tomar nuevas decisiones.
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