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Dos diques de contención de residuos ubicados en el estado de Minas Gerais, de Brasil, donde la minera Samarco depositaba los desperdicios provocados por sus actividades, cedieron el jueves 5 de noviembre pasado. Las cantidades de barro tóxico expulsado, calculadas en 62 millones de metros cúbicos, arrasaron tanto con el ecosistema como con las localidades ubicadas en el rio Doce, uno de los más importantes del sur de Brasil, en lo que ha sido catalogado por medios y autoridades locales como el peor desastre ecológico minero de la historia de ese país. Al menos 11 personas han fallecido producto del alud tóxico, mientras que las autoridades locales y nacionales han pedido que se investige “con todo el rigor”.
El Gobierno del estado brasileño de Minas Gerais informó a la minera Samarco que deberá pagar una multa de algo más de 112 millones de reales (unos 30 millones de dólares) por los daños ambientales causados por la ruptura de sus diques. Aunque los más afectados, los habitantes de las localidades de la cuenca, afirman que no hay dinero suficiente en el mundo como para reparar el daño.