El Campeonato Nacional 2020 tenía previsto, en su retorno tras la pandemia, terminar a fines de enero de 2021, si todo andaba más o menos bien. Pero en el último par de semanas, diferentes eventualidades -sanitarias y deportivas- han obligado a reprogramar ocho partidos. Eso, hasta el momento. Y, con encuentros ya reprogramados en la víspera de Navidad y Año Nuevo, aún emulando el “Boxing Day” británico -que implica la disputa de lances durante las fiestas-, el calendario no da para terminar antes de mediados de febrero, lo que repercute en una serie de problemas.
Lo primero y fundamental es que los equipos deberán hacer una nueva extensión de contrato a sus jugadores, en caso de que el torneo se extienda más allá de enero, con el riesgo de que algunos clubes pierdan a algunas importantes piezas de sus planteles, que podrían optar por partir a otras ligas si les llegan ofertas y no tienen asegurada su continuidad en la misma institución o en Chile para 2021.
Además, la apretadísima agenda ya existente y la suspensión sistemática de partidos por casos positivos de coronavirus en algunos planteles, han comenzado a generar ruido en algunos dirigentes, que especulan con un término anticipado del Campeonato Nacional por razones sanitarias.
Las conjeturas respecto de eso no quedan ahí. Dirigentes influyentes, como Victoriano Cerda -vicepresidente y controlador de Huachipato-, han insinuado en redes sociales que las recientes reprogramaciones producto de la pandemia buscan ayudar a algunos equipos en problemas, infiriéndose de sus palabras que se busca concluir el campeonato para, así, salvar a Colo Colo de un eventual descenso.
La tesis, en todo caso, no tiene asidero: una cosa así generaría un descalabro mayor en la relación con el Canal del Fútbol, que con el pago de derechos financia a la actividad. Otra desaveniencia con ellos podría guiar a la quiebra de varios clubes.
De cualquier modo, existe preocupación y descontento por las suspensiones. Si bien desde la Anfp deslindan responsabilidades con los aplazamientos, apuntando a que son decisiones de la autoridad sanitaria, en los clubes hay dudas del manejo que se está realizando, porque cuando se retomó el torneo, se dijo que la pandemia no sería excusa para cancelar juegos, tal como ocurre en las copas internacionales. Pero no ha sido así.
Un síntoma de la gravedad de las suspensiones es la renuncia de Rodrigo Robles, gerente de Ligas Profesionales de la Anfp, cuya dimisión es por diferencias con el directorio respecto del manejo del calendario.
Condicionado por la decisión de Pablo Milad en la suspensión del polémico Colo Colo – Antofagasta, que sentó el precedente de la suspensión por motivos sanitarios, Robles se habría cansado de las omisiones del presidente a sus sugerencias. De hecho, Robles le había insistido al exintendente del Maule que machacara en Conmebol que los partidos de los equipos chilenos en la Copa Sudamericana no se programen los martes, para poder terminar el campeonato a tiempo.
La sugerencia no habría sido muy tomada en cuenta desde la Anfp. Así que ahora se quedan sin gerente de Ligas, sin fechas para jugar, con un Campeonato Nacional que llegará con suerte hasta mediados de febrero, sin tiempo para jugar la Copa Chile y los clubes con una lista de problemas derivados de la inesperada extensión del campeonato.