La postergación de Tokio 2020 ha traído nuevos dolores de cabezas al Comité Organizador de los Juegos Olímpicos. Ahora, la cúpula de ese organismo asegura que deben haber dos condiciones claves para que el evento se realice normalmente: una vacuna y el control de la pandemia de coronavirus.
El presidente del Comité local (COL), Yoshiro Mori, aseguró que si la pandemia se mantiene hasta el próximo año, el certamen multideportivo no tendrá más remedio que ser anulado.
“Si la pandemia no está bajo control en 2021, los Juegos Olímpicos serán anulados”, aseveró Mori en una entrevista al diario local Nikkan Sports. “Si no logramos controlar esta pandemia, que es un enemigo invisible, no tendremos más remedio que cancelar los Juegos”, añadió.
La razón se debe a que no es viable una nueva postergación del evento, algo que también deslizó el Comité Olímpico Internacional, argumentando razones deportivas y también económicas para negar un nuevo aplazamiento.
El evento, que se realizará entre el 23 de julio y el 8 de agosto de 2021 y que mantendrá el nombre ‘Tokio 2020’, también queda pendiente de una vacuna contra el coronavirus, según indicó el presidente de la Asociación Médica de Japón, Yoshitake Yokokura. Si no hay vacuna, precisó, al menos que exista un tratamiento eficaz.
En tanto, el COL sigue viendo de qué forma maximizar los presupuestos, mermados por la postergación. Mori comentó que una de las opciones que se maneja y que aparece como viable es la fusión de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos (24 de agosto a 5 de septiembre) en una sola, además de desechar la ceremonia de clausura de los primeros.
“Dado que la situación cambió dramáticamente, debemos revisar muchas áreas, incluyendo las ceremonias. Habrá un recorte considerable en los costos y un gran mensaje de victoria contra la crisis global, pero no es fácil”, explicó Mori.
Tokio está al borde de cancelar por segunda vez en su historia un Juego Olímpico. La capital nipona debía realizarlos en 1940, pero la guerra Sino-Japonesa que obligó al gobierno de ese país a postergarlos en 1938; como compensación, recibió los de 1960.