El arquero chileno Claudio Bravo vivió una triste jornada este viernes jugando por el Manchester City frente al Wolverhampton como visitante. El ex capitán de la Roja comenzó el partido en el banco de suplentes, pero la expulsión del guardameta brasileño Ederson Moraes a los 12 minutos, lo obligó a ingresar al campo de juego en reemplazo del delantero argentino Sergio Agüero y ver cómo su equipo resistía casi todo un partido con 10 hombres.
A pesar de la pésima acción del portero titular, el cuadro de Josep Guardiola resolvió de buena forma ese infortunio y comenzó ganando el partido a los 25 minutos de partido, con un polémico penal convertido en segunda instancia por el atacante inglés Raheem Sterling. El joven delantero de los Ciudadanos había errado segundos antes su tiro ante el meta Rui Patricio, pero que el juez anuló por adelantarse en el remate. En el segundo intento, el británico disparó, el portero tapó, pero aún así Sterling cobró.
Con esa tranquilidad, el inglés logró conseguir la tranquilidad de incluso marcar un gol de «globito» a los 50 minutos, generando una tranquilidad mayor en el equipo de Guardiola.
Pese a eso, el cansancio se notó y la escuadra de Bravo sintió mucho el golpe del gol marcado por Adama Traoré a los 55′. Ya cansados por el trajín del compromiso, y con el marcador muy apretado, los defensas de los Ciudadanos descuidaron la última línea y cedieron nuevamente frente a Traoré quien, desde la banda derecha logró dejar solo al mexicano Raúl Jiménez que emparejó el marcador 2 a 2 a los 82 minutos.
Devastados por la forma en que se les había escapado el encuentro, el City prácticamente ni se enteró cuando el irlandés Matt Doherty batió el arco de Bravo y finiquitó el partido con un 3 a 2 a favor de los Wolves.