Es difícil pensar que en estos tiempos, donde todo puede ser corroborado mediante Internet o con un simple llamado, una persona se pueda hacer pasar por futbolista. Que viaje por el mundo firmando contratos y que finalmente nadie se dé cuenta.
Bernio Verhagen lo logró. Se paseó por Moldavia, Sudáfrica, Chile y Dinamarca haciéndose pasar por un deportista de primer nivel, con mundo. Consiguió un contrato diciendo que era parte de Stellar Group, la agencia que representa a jugadores como Gareth Bale o Saúl Ñíguez. Todo mediante correos fraudulentos, documentos y llamadas telefónicas que fingían trabajar para la firma.
La cercanía del nacido en Surinam -pero que «representaba» a Holanda- con Chile se dio mediante Audax Italiano. El joven jugador llegó a ponerse la camiseta audina el 22 de agosto, se instaló en Puente Alto y empezó ganando un sueldo más alto que el que varios futbolistas del plantel. Sin embargo, ahí comenzó el declive y el término de la farsa. Verhagen salió de los itálicos acusando insultos racistas, los cuales fueron desestimados por parte de la gerencia, y se fue con su novia chilena a Dinamarca.
El holandés llegó a Europa con Nayaret Muci, de 21 años, quien había iniciado una relación con él durante el mes que estuvo en Audax. Sin embargo, al poco tiempo de llegar a tierras nórdicas, la chilena publicó en su Instagram: «El jugador me tiene secuestrada aquí en Dinamarca, me golpeó y escupió mi cara, no me quiere devolver a Chile». A partir de eso, comenzaron a salir a la luz las técnicas que ocupó Verhagen para tener una vida de futbolista profesional. Luego de que un medio danés lo entrevistara, y éste dijera que tuvo pasos por Næstved y Randers, se confirmó que nunca estuvo en dichos clubes.
La farsa empezó a esclarecerse de a poco. Se publicó que él fingió ser jugador del Copenhague para seducir a una mujer antes de robar dinero y joyas. El Viborg FF, último conjunto del que fue parte, notificó a Stellar Group del fichaje del futbolista y entre ambos llevaron el caso a la policía danesa. El 26 de noviembre, el club anunció que había rescindido el contrato de Verhagen y, sólo 24 horas después, el joven fue arrestado. Lo acusaron de fraude y lo dejaron en prisión preventiva hasta el 20 de enero. Sin embargo, su alocada historia no terminó ahí: se fugó de la policía cuando concurría a declarar por agresión, secuestro y robo a su novia chilena. Finalmente, el paso de «futbolista» a delincuente se dio en Holstebro, donde nuevamente fue capturado cuando intentaba escapar a Suecia. Hoy está en la cárcel.