Son pocas las veces que se ven cosas así en el fútbol profesional, cuando un equipo es precisamente eso, “profesional”, y el rival parece amateur. Eso fue lo que ocurrió en los primeros 20 minutos del partido entre Independiente del Valle y Universidad Católica en el estadio Atahualpa de Quito, donde los locales marcaron cuatro goles para finalmente decretar un 5-0 lapidario en el duelo de ida de la segunda ronda de la Copa Sudamericana.
La banda derecha, con un Stefano Magnasco incalificable, fue un pasadizo. Apenas iban 2’ cuando, por ese costado, Cristian Pellerano envió un centro rasante que anticipó Alejandro Cabeza para el 1-0.
A los 11’, un pase filtrado entre dos defensas cruzados provocó una salida innecesaria de Matías Dituro, quien cometió un infantil penal. Pellerano fusiló desde los 12 pasos para el 2-0.
A los 13’, otro desborde por el carril derecho, esta vez de Luis Segovia, fue anticipado nuevamente por Cabeza, ahora justamente con la cabeza, para el 3-0. Era un bochorno.
Por si faltaba otra vergüenza, a los 21’, un tiro libre de Pellerano encontró a la defensa de la Franja estática. Nadie conectó el envío, el balón se coló por el segundo palo y llegó el 4-0 humillante.
Algo esbozó la UC de ahí en adelante, pero lo cierto es que los anfitriones estuvieron más cerca del quinto tanto. El pitazo para ir a descansar fue un alivio para Gustavo Quinteros y sus dirigidos.
Otro regalito
El respiro duró poco. A los 59’, la defensa de la UC no despejó nunca la pelota, Germán Lanaro le dio un “pase gol” a Cristián Dájome y éste puso el 5-0 sin oposición.
Ni la suerte estuvo del lado de los cruzados. Después del quinto, Valber Huerta cabeceó en el área local, pero el balón pegó en el palo.
Si no llegó el sexto, fue porque Dituro mostró algo de dignidad. La zaga de la Franja nunca despertó en Quito.
En realidad, durmieron todos, para vivir una pesadilla pocas veces vista en la historia de Universidad Católica.
Más por orgullo que por reales posibilidades, el equipo de Quinteros tendrá que jugar la vuelta en San Carlos de Apoquindo el próximo jueves. El líder del Campeonato Nacional fue el fiel reflejo de lo que es hoy nuestro fútbol.