Ernesto Valverde decidió darles descanso a varias de sus figuras, entre ellas, a Lionel Messi. Por eso, el «jugador número 12», como ha calificado la prensa catalana a Arturo Vidal, no podía estar ausente de la visita al Villarreal, donde fue protagonista en un apasionante 4-4 en el estadio de la Cerámica.
Los culés arrancaron con todo, de la mano de un inspirado Malcom. A los 12 minutos, el brasileño dejó solo a su criticado compatriota Philippe Coutinho, quien apenas tuvo que empujar la pelota a la red, con el arquero local ya desparramado en el piso.
A los 16′, apareció el Rey para demostrar toda su categoría. Recibió un balón por la banda derecha, sacó un centro «como con la mano» y el propio Malcom decretó de cabeza el 2-0 parcial, consumando la quinta asistencia del chileno en lo que va de la Liga española.
Los azulgranas eran una tromba y estuvieron a punto de anotar el tercero, pero no lo consiguieron y el Submarino Amarillo aprovechó el desperdicio para descontar, merced a un gol de Samuel Chukwueze, a los 23′. Con el 2-1 a favor de los visitantes se fueron al descanso.
Infartante final
El Villarreal volvió del entretiempo motivado. Claro, al cuarto de hora del primer lapso pintaba para goleada del Barcelona y a los cinco minutos de la segunda fracción ya estaban empatados.
El nigeriano Chukwueze habilitó por la banda derecha al camerunés Karl Toko Ekambi y éste sorprendió con un remate al arco cuando Marc-André ter Stegen esperaba el centro. El marcador estaba 2-2, con casi todo el complemento por jugarse y Messi sentado en la banca.
Entonces, Valverde mandó a la cancha a su máximo astro con media hora por delante. Sin embargo, recién entrado el argentino, a los 62′, Vicente Iborra puso el sorpresivo 3-2 a favor del anfitrión.
El local pudo aumentar por intermedio del imparable Chukwueze. No obstante, el meta alemán de los culés se reivindicó manoteando apenas la pelota, que dio en el travesaño y se fue por arriba.
A los 73′, el DT catalán hizo ingresar a Carles Aleñá e Ivan Rakitic y, contra todo pronóstico, Vidal siguió en el campo. Arthur y Sergio Busquets se fueron a sentar al banquillo.
A los 77′, el mediocampista criollo pegó una patada y recibió tarjeta amarilla. Por ello, quedó suspendido para el encuentro del sábado frente al Atlético de Madrid, en el Camp Nou.
Y los azulgranas parecían terminar de caerse a los 80′. Santi Cazorla asistió con precisión a Carlos Bacca, el colombiano se sacó de encima al portero y puso un 4-2 que asomaba lapidario.
La expulsión de Álvaro González, a los 86′, ilusionó a los visitantes. Y más aún el descuento de la Pulga de tiro libre, a los 90′.
Cuando el duelo ya se iba, en la última jugada, apareció uno que había estado ausente, Luis Suárez. A los 93′, se despachó un zurdazo para un infartante 4-4 final.
El Barça salvó un milagroso empate ante el Submarino Amarillo, tras un inicio a toda máquina, y ahora tiene ocho puntos más que su escolta, justamente los colchoneros, sus próximos rivales. Hay Liga, señores.