El ambiente era de fiesta en Rancagua. El elenco de Marco Antonio Figueroa, que tras su llegada mejoró considerablemente el nivel de O’Higgins, debía ganar a Audax Italiano, esperar una derrota de la Unión Española ante La Calera y esperar que Huachipato no le ganase a Palestino, este próximo domingo, para poder tener chances claras de clasificar a la Copa Sudamericana. Además, era el último partido del último ídolo celeste, el delantero Pablo Calandria.
Finalmente, los rancaguinos aplastaron a su rival itálico por cuatro a cero, pero el empate a uno entre hispanos y cementeros en Santiago, los dejó matemáticamente fuera de la carrera para acceder al certamen continental. Aunque cabe destacar, que estuvieron cerca del milagro. Solo les faltaron dos anotaciones para igualar en diferencia de goles a la Unión.
En el plano futbolístico, Audax no fue gran rival para los pupilos de Fantasma Figueroa. Salvo en el primer tiempo, donde aguantaron los embates locales, no hicieron grandes méritos. Y en la segunda mitad, el triunfo de O’Higgins era totalmente previsible.
Segundo tiempo para el recuerdo
La cuenta la abrió a los 63′ Nicolás Mazzola. En ese momento, paralelamente la Unión perdía en Santiago, por lo que la ilusión se acrecentó. Finalmente, los hispanos empataron al rato después. A los 69′ Matías Vera en una gran jugada colectiva, puso el segundo. Diez minutos más tarde, Maximiliano Salas anotó el tercero, tras varias fallas en la zaga itálica.
A los 70′ se produjo el hito del encuentro. El ingreso del ídolo, Pablo Calandria, por Mazzola. El estadio se vino abajo y los aplausos se hicieron sentir. Jineta de capitán para el argentino que tuvo una chance clara, a través de un cabezazo, a los pocos minutos de ingresar.
Sin embargo, a los 89′ vendría el premio. Falta sobre el delantero y el mismo Calandria se preparó para patear. Gol de O’Higgins y la ciudad histórica hizo notar su cariño hacia Cracklandria, como le apodan. Celebraron con todo el cuarto gol y el último en la carrera del futbolista.
Final del partido y aunque no pudieron clasificar a la Copa Sudamericana, los jugadores del Ohí Ohí, corrieron a celebrar a Calandria, que emocionado besaba la camiseta del Capo, que se despidió hasta con un gran lienzo con su imagen y fuegos artificiales.