El tenista nacional Nicolás Jarry vivió una temporada increíble. El nieto de Jaime Fillol se sacó el rótulo de promesa y dio un golpe de realidad. Acabó en el puesto 43 del ranking ATP y hasta se ganó una convocatoria a la Laver Cup.
«Fue un año bien difícil, con muchas primeras cosas, pero estoy feliz por cómo supe resolver todo. Fue como una montaña rusa de emociones, de felicidad y de presiones, pero ya estamos aquí. Fue lindo todo este proceso. Estoy donde siempre he querido estar y ahora mirando al futuro», dijo el número uno de Chile en conversación con el diario La Tercera.
Esta campaña el chileno tumbó a nombres importantes. Albert Ramos, Dominic Thiem, Andrea Seppi y Marin Cilic no pudieron con él. «El partido más difícil y mi mejor victoria fue contra Thiem. Él es el segundo mejor jugador sobre arcilla y pude sacarlo igual adelante. También hubo otros partidos muy buenos, como contra Isner. Fue una lástima, porque estuvo muy peleado y hubiese sido bonito ganar. Pero estoy satisfecho por cómo jugué y cómo le competí a los mejores del mundo», expresó el Príncipe.
Jarry comentó cuáles fueron las principales lecciones que le quedaron. «Le puedo ganar a cualquiera, que no necesito estar jugando bien para ganar, como ocurrió con Cilic. No me sentía bien, pero luché hasta el último punto. También que no necesito presionarme tanto para estar dónde estoy, porque todo el año tuve ese miedo a irme del circuito ATP», declaró.
Parte importante del éxito que ha tenido se lo debe a los trabajos de meditación que realiza junto a su fisioterapeuta Paulo Flores y que tienen como objetivo enfocarse en el presente. «Esos ejercicios funcionan mucho. Uno está tanto tiempo pensando, dándole vueltas en la cabeza a ideas del pasado, del futuro, estresándose por cosas que pasaron o triste por muchas situaciones… Al final, uno está poco en el presente y es donde uno siempre debería estar. Tuve la lección de esto hace un par de años y la verdad es que la meditación se centra en superar todo eso. Y sí o sí es algo que suma, así que lo voy a seguir haciendo», explicó el jugador de 23 años.
El semifinalista de dos ATP 500 también tuvo palabras para Christian Garin, otro joven que este año se sacudió de sus sombras. «Es muy bueno lo que le pasa a él. Tuvo un año muy bueno y lo terminó de una forma espectacular. Ya en junior lo había hecho, demostrando que cuando está bien es imbatible. Él tiene un potencial enorme, eso es algo que siempre lo he creído yo. Pero es más fácil que lo crea otra persona a que lo crea uno mismo, así que está buenísimo que ahora sea él quien crea en sí mismo. Christian es un arma muy fuerte en Copa Davis. Nos ayuda muchísimo».