Jorge Sampaoli ya está en Argentina y en los próximos días vivirá días claves para definir su futuro en la Albiceleste. Más solo que nunca y con un pie y medio fuera de la selección trasandina, el DT arribó a Buenos Aires en el avión de los Rolling Stones, el mismo que los trasladó desde Barcelona a Rusia en la previa del Mundial, y lo hizo junto a Claudio Chiqui Tapia, presidente de la AFA, y Enzo Pérez, el único jugador que viajó con el técnico.
Sin glamour, con escaso apoyo, y retirándose en silencio en un bus que lo alejó de todo contacto con los periodistas, la postal era clara: el ex técnico de la Roja ya no es querido en Argentina. Es que su paso por la selección de Argentina no es bueno y si al Mundial ya había clasificado sufriendo, su participación en Rusia dejó puras dudas: accedió a octavos a duras penas y luego Francia, pese a lo estrecho del marcador, le dio una paliza táctica a un equipo que poco mostró.
Eso mismo, la falta de una idea clara y la poca conexión que ahora tiene con sus dirigidos, son las causas que tienen a Sampaoli al borde del despido. Ahora que ya está en Argentina llegará el momento de negociar y es ahí donde empiezan los problemas. La millonaria cláusula de salida que tiene el técnico es lo único que aún lo mantiene en su puesto, ya que la postura de la AFA de despedirlo es clara, pero esperan no tener que desembolsar millones de dólares para lograr su objetivo.
Los próximos días serán claves para el futuro del casildense, pero todas las negociaciones deberían ir en torno a lograr que se vaya sin cobrar su cláusula y entendiendo que fracasó en Argentina. Sampaoli, tal como llegó a Buenos Aires, ahora pasa sin pena ni gloria.