El Gráfico Chile

El millonario premio que lleva a Mohamed Salah a interrumpir el Ramadán por la final de la Champions League

La estrella del Liverpool que practica la religión musulmana, ha suspendido su ayuno para llegar en plenitud de condiciones al partido frente al Madrid.

La actividad es frenética en la zona histórica de Kiev, al este del río Dniéper, cuyo curso divide la parte fundada en el siglo IX y el área edificada tras la Segunda Guerra Mundial. Es que, en la avenida Khreshchatyk, la calle principal de la capital de Ucrania, justo a metros de la Plaza de la Independencia, está instalada la Champions Festival.

Ese es un lugar soñado para los amantes del fútbol, con show artístico en el escenario principal, pero con múltiples alternativas de entretención, tiendas para llevarse recuerdos de la final entre Real Madrid y Liverpool, protagonistas hoy de la final de la Liga de Campeones de Europa. Es ése, hasta ahora, el punto neurálgico del duelo clave hasta ahora, y lo será hasta esta tarde, cuando rojos y merengues salten al campo del Estadio Olímpico en busca de quedarse con “La Orejona”.

Ahí mismo, en el corazón de Kiev, también hay una amplia oferta gastronómica. Y, mientras los miles de visitantes de la ciudad se concentran en Khreshchatyk, a unas pocas cuadras de ahí, en el hotel Intercontinental, unas decenas de hinchas del equipo inglés se arremolinan en la envallada puerta del recinto, a la espera de ver a alguno de sus ídolos.

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Al interior, hay un hombre que es foco de las miradas. El delantero egipcio Mohamed Salah -de quien su rival esta tarde Cristiano Ronaldo dice que le recuerda a Lionel Messi, su némesis- es musulmán. Y, como tal, desde el 16 de mayo guarda riguroso ayuno, como corresponde al Ramadán.

Sin embargo, según se supo ayer, desde el jueves, la estrella del Liverpool comenzó un paréntesis en estos días sagrados para su religión, los que deberá compensar luego del 14 de junio, cuando termina el periodo. Así lo asegura Rubén Pons, un fisioterapeuta español que trata al goleador de los Reds, en declaraciones a un medio hispano: «Por lo que sé, en Marbella sí hacía el Ramadán. Sin embargo, se estableció un plan para estos días. El jueves, el viernes y el día del partido no lo hará, por lo que no le va a afectar. Después de la final lo volverá a retomar».

La decisión de Salah no deja de causar cierto impacto, toda vez que este paréntesis contradice lo publicado en Egipto, donde se daba por hecho que el delantero jugaría en Kiev en ayunas. Aún más: el periódico egipcio Al Masry al Youm ha afirmado que la familia del goleador sacrificaría tres terneros antes de la final, como tradición para bendecir a 11 rojo de cara a la final.

En todo caso, no es de sorprenderse la decisión de Salah. En la final de la UEFA Champions League se juega mucho. El torneo de clubes más importante de Europa reparte 1.545 millones de dólares entre los 32 equipos participantes. Y, por llegar a la final, Liverpool y Real Madrid se llevan 12,8 millones de la moneda norteamericana. Sin embargo, el que la gane, tiene un beneficio nada de despreciable. Hay poco más de cinco millones de los billetes verdes de diferencia entre salir vencedor o derrotado del Olímpico de Kiev esta tarde. Eso y, por supuesto, el honor de volver a tener “La Orejona” en las vitrinas.

Con esos incentivos, no es de extrañarse que el “Faraón” de 25 años haya interrumpido su ayuno. Porque, como se insinúa, la suerte parece estar del lado de los ingleses en esta final. Tal como en 1978 y en 2005, cuando los Reds ganaron la Champions, hubo recientemente una boda real. En ambos casos, fueron Carolina de Mónaco y las segundas nupcias de Carlos de Gales, respectivamente. Hace unos días fue el turno del hijo de este último, Harry.

Lo que sí, en ambas celebraciones de Liverpool, hubo fallecimientos papales: Juan Pablo I y Juan Pablo II… En El Vaticano, seguramente, Francisco hoy estará rezando por Cristiano Ronaldo, Gareth Bale y Zinedine Zidane.

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