Universidad de Chile vivió la goleada más catastrófica del siglo XXI por torneos nacionales, luego de caer 6-1 frente a Unión La Calera el pasado domingo en Quillota. Los azules no encontraron respuesta física ni futbolística durante la trágica derrota frente a los cementeros, y agudizaron un mal momento que se germinó en sólo siete días tras perder el convulsionado Superclásico frente a Colo Colo.
Durante el enfrentamiento jugado en el Estadio Nacional contra los albos, la U mostró todas las fallas sicológicas y físicas que pasaron desapercibidas en partidos anteriores, gracias a sus siete victorias al hilo. Ejemplo de ello es la pelea en cancha que protagonizaron Jean Beausejour y Mauricio Pinilla, quienes a pesar de solucionar sus problemas, dejaron fracturado la interna del camarín, según revelaron a El Gráfico Chile.
Desde el cuerpo técnico de Guillermo Hoyos lamentan que tanto ese problema, como los otros que se evidenciaron ante el Cacique, hayan desarmado toda la calma que habían impulsado desde su llegada en enero del 2017. A pesar de ser cuestionado por sus estrategias o tácticas futbolísticas, hasta los hinchas más críticas de Hoyos reconocían que su estilo calmó a un plantel desanimado tras un pésimo 2016, con Sebastián Beccacece y Víctor Hugo Castañeda en la banca.
Sin embargo, y con los conflictos Beausejour-Pinilla, además del enojo del capitán Johnny Herrera contra los fanáticos que culpaban a Bose de la derrota ante Colo Colo, borraron todo ese panorama de «miel sobre hojuelas» y complicaron a los azules en lo sicológico, distrayéndolo de los objetivos deportivos fundamentales como ganar el Campeonato Nacional, y «pelear» la Copa Libertadores 2018.
Cansancio, presión e improvisación
Dado que la U estaba peleando el liderato del torneo local, y también el del Grupo E -considerado el de la muerte- de la Libertadores; Hoyos puso lo mejor que tenía para los encuentros internacionales, y ante Colo Colo, generando un fuerte cansancio físico en el plantel. Junto a eso, las lesiones de jugadores vitales para su equipo, como Gonzalo Jara y Mauricio Pinilla, complicaron su panorama de entrenamientos y planificación de partidos.
Con ese escenario, al DT argentino no le quedaron más opciones que utilizar a jugadores en los que no confía tanto, y así es como aparecieron elementos como Armando Cooper y Rafael Vaz en las oncenas titulares. Al momento de la llegada de los dos mencionados refuerzos, desde el cuerpo técnico azul indicaban que ambos no estaban aptos físicamente, y que parecía que faltaba mucho para acostumbrarse a la realidad chilena.
Debido a que Hoyos siempre contó con varias alternativas para esos puestos, su inclusión nunca le preocupó. Aunque la presión desde Panamá, por ejemplo, lo obligaban a usar a Cooper, el adiestrador nunca lo utilizó hasta el duelo de este domingo, donde el mediocampista se vio perdido y demostró las razones por las cuales el entrenador no lo puso hasta que no le quedó más remedio.
Por último, y ante varias bajas para su duelo ante los caleranos, el argentino cometió el error de hacer varias improvisaciones en cancha. Una de esas fallas fue utilizar a Rafael Caroca como líbero de su zaga de tres defensores, algo que nunca le funcionó en los amistosos jugados en el Centro Deportivo Azul. Junto a eso, el DT también confió en el joven Felipe Saavedra como titular, pese a no citarlo en ningún otro partido oficial, y su bajo rendimiento hizo complejo el trabajo defensivo durante todo el partido.
La U no perdía por seis goles en el torneo nacional desde el 15 de diciembre de 1957, cuando cayó 6-2 frente al conjunto de Palestino, y además de lo hecho en el Superclásico frente a Colo Colo, ahora deberá borrar otra pésima imagen, para enfocarse exclusivamente en el duelo frente a Cruzeiro a mitad de semana, y por la cuarta fecha de la fase de grupos de la Libertadores.
