El Gráfico Chile

“Chi, chi, chi, le, le, le chao Chile”: Brasil no se entregó y le pegó en el piso a la Roja

Todo comenzó con un ambiente festivo en las calles, con las dos hinchadas compartiendo el deseo de dejar fuera a Argentina. Luego, las burlas no se hicieron esperar.

Cinco y media de la tarde y los hinchas brasileños y chilenos empezaban a aparecer para juntarse en las calles del barrio Agua Branca. El Allianz Parque era el lugar de la cita. El partido entre Brasil y Chile el motivo. Y atrás había un trasfondo: la posibilidad de dejar fuera del Mundial a Argentina.

Acompañados por cervezas o compartiendo en los bares, los hinchas rivales se fueron acercando cada vez más y la previa se hizo en tono amistoso. La cita estaba yendo bien y ni la barrera del lenguaje impedía la amistosa conversación. Los ceacheí con acento portugués aumentaban con el paso de las horas y también del alcohol. Todo estaba funcionando a la perfección.

El #EntregaBrasil había llegado a los hinchas. Ese mensaje que difundieron los brasileños para que su selección se dejase perder ante la Roja y así Argentina quedara fuera del Mundial dejaba ver que había un lazo que los unía por una noche. Al menos, eso creían los chilenos.

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El panorama funcionaba de maravillas. Cervezas, cánticos y conversaciones. Pero con el paso de las horas aparecería un factor que a los chilenos les arruinó el momento: la poderosa selección brasileña. Los dirigidos de Tite le dieron 45 minutos de ilusión a los fanáticos de la Roja para creer que se podían ir celebrando de Sao Paulo. Celebrando con la naciente unión con los brasileños.

Todo era una ilusión y en 45 minutos se acabó el fugaz romance. Paulinho y Gabriel Jesus aparecieron en escena para arruinarle la vida a Juan Antonio Pizzi, a la Generación Dorada y a los hinchas que se fueron con el corazón roto de Sao Paulo.

De los ceacheí con acento portugués, los brasileños pasaron al “adeus Chile” (chao Chile) y un grito que dolió mucho más, una modificación del clásico cántico chileno. “Chi, chi, chi, le, le, le, chao Chile”, cantaron los fanáticos locales para pegarle en el piso a una ya devastada fanaticada de la Roja.

Las camisetas amarillas ya no se mezclaron con las rojas a la salida del Allianz Parque. Los del Scratch siguieron su fiesta. Una nueva cita les apareció en el camino. Una cita con para seguir celebrando con los suyos y mirando a Rusia. Los hinchas de Chile se fueron cabizbajos, derrotados, y con el corazón roto.

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