Entrar a la cancha saltando en un pie, persignarse o siempre ingresar al terreno de juego con la derecha. Esas son sólo algunas de las múltiples cábalas que utilizan los futbolistas, quienes son conocidos por nunca querer tentar a la suerte. Y una nueva muestra de esta situación se vivió con un gesto de Thibaut Courtois en la Eurocopa que había pasado desapercibido.
Es que con las sorpresas que se han dado, principalmente la de Islandia, y los actos vandálicos de los hooligans, nadie se había percatado del repetitivo gesto del portero belga. A lo largo de los cuatro partidos que ha jugado Bélgica en el torneo, los tres de la fase de grupos y el de octavos de final, el arquero ha tenido un ritual en la entonación del himno de sus país y cada vez que la cámara lo enfoca, se toca la barbilla.
Muchos pueden pensar que es casualidad, pero el gesto sólo lo realiza cuando las cámaras están sobre él en la entonación de la canción nacional y ya parece una cábala. Sin embargo, el ritual cambia en cada partido y mientras en algunos sólo se rasca el mentón, en otros hace una especia de saludo.
Lo cierto es que ahora que se hizo viral, sólo el arquero podrá decir si es una cábala, una manía o un saludo y también habrá que esperar si lo hace ante Gales por los cuartos de final. Al menos, hasta el momento le ha dado resultados.
Thibaut Courtois, con su viralizado gesto, recordó a antiguas cábalas como, por ejemplo, el beso que le daba Laurent Blanc a la calva cabeza de Fabian Barthez antes de cada partido del Mundial de Francia 1998, donde terminaron coronándose campeones, o el peluche que utilizaba Patricio Toledo, arquero del club chileno Universidad Católica, para «resguardar» su arco y que fue lanzado por Rubens Nicola a la hinchada contraria.
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