El Gráfico Chile
Claudio Ranieri llegó casi por casualidad a Leicester y nunca imaginaría el éxito que tendría en sólo una temporada. Luego del escándalo sexual que protagonizaron una serie de jugadores de los Foxes en Tailandia, Nigel Pearson, técnico de ese entonces, dejó su cargo a las pocas semanas de la controversia y fue ahí cuando llegó Claudio Ranieri.
Con el objetivo de zafar del descenso, el italiano llegó a Inglaterra para olvidar el fracaso que había tenido en Grecia y lo hizo de la mejor forma, con un inesperado título. Lo que en un principio parecía una utopía, se convirtió en realidad tras el empate a dos tantos del Chelsea con Tottenham, que hizo a los Foxes matemáticamente imposibles de alcanzar.
La hazaña de Ranieri fue elogiada en todo el mundo y en su primera conferencia como campeón, el italiano recibió un aplauso cerrado de los periodistas que llenaron la sala de prensa del King Power Stadium. Los segundos pasaban y el aplauso no paraba, por lo que el técnico, bromeando y de buen ánimo, empezó a mirar su reloj para tomar el tiempo.
Luego, vendría un brindis acompañado de champaña con los reporteros y comenzarían las preguntas. Como era lógico, el técnico fue consultado si dejaría Leicester tras volver a posicionarse en lo más alto del fútbol mundial y respondió con claridad: «Estás loco. A mí me gusta bromear, pero no estoy loco».
«He disfrutado todo el año, porque desde el principio sentí algo especial. Sin embargo, nunca hubiera imaginado algo asíy es muy especial. Hemos trabajado muy duro para conseguirlo. He luchado muy duro para conseguirlo. Mi cuento de hadas comenzó en Cagliari y pasar de las divisiones bajas a ganar la Premier League, es maravilloso y lo es especialmente en el Leicester», agregó sobre la conquista del título y le envío un mensaje medio en broma y medio en serio a las casas de apuestas que no daban un centavo por ellos: «Ya no le creo a las casas de apuestas. Han cometido errores enormes».
Además, Claudio Ranieri, que estaba más bromista y feliz que nunca, revela cómo vivió el título que consiguieron tras la igualdad del Tottenham con Chelsea y, mientras sus jugadores disfrutaban en la casa de Jamie Vardy, el técnico estaba tranquilo en su casa. Tranquilo hasta que los Blues consiguieron la igualdad tras remontar un 2 a 0 en contra.
«Vi el partido y en el descanso me hice la cena. La verdad es que estaba muy tranquilo hasta el segundo gol del Chelsea. ¡Ahí empecé a saltar!», comenta el técnico, quien le envió un mensaje a sus dirigidos para que no abandonen el club: «Estoy con mucha confianza y quiero mantener la misma filosofía, no traer grandes estrellas para no romper el camarín. Les he dicho a mis jugadores que se queden un año más, que no se vayan. Si se van, puede que no acaben jugando en otro equipo».
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