Vjera Leyton
Directora de investigación Asociación Hinchas Azules
Coordinadora Centro de Estudios Sociales Hinchas Azules (CESHA)
A pocos días de realizarse una nueva junta de accionistas de Azul Azul, en donde se darán a conocer las últimas jugadas financiaras de la S.A. y de cómo se están organizando las cosas al interior de ésta, es preciso plantear varias interrogantes al respecto, como por ejemplo ¿De qué sirven estas juntas si las decisiones ya están tomadas por el o los accionistas mayoritarios? ¿Cuáles son las deudas que se van a pagar con la nueva inversión de capital? Al momento de pensar en traer refuerzos para el segundo semestre ¿En qué se está pensando? ¿Seguiremos sin un proyecto deportivo de mediano a largo plazo? Y para mí, la más importante de todas ¿Es la U para la concesionaria solo un bien transable en el mercado financiero?.
Aclaremos, es difícil poder expresar en tan pocas palabras el sin fin de reflexiones que se desprenden de estas preguntas, por lo que partiré por abordar la más delicada e importante, sobre si la concesionaria en su conjunto solo ve a la «U» como un bien transable en la bolsa, para mí, la respuesta es un sí rotundo y reflejo de ello es como bien ya lo había dicho un camarada anteriormente, se manifiesta en la falta de un proyecto deportivo y social, donde se dé la importancia necesaria a las divisiones inferiores, sin enseñarles que el gran objetivo de un jugador es irse al extranjero para únicamente ganar dinero y fama, sino que enseñar la historia de este equipo, cómo se forjó, sus más profundos valores y convicciones, es decir, el amor incondicional a estos colores, donde el bien máximo sea llevar a la «U» a lo más alto a través del juego y entregar un patrón futbolístico y deportivo que nos entregue futbolistas con una fuerte identidad azul.
Claro, si se piensa así puede parecer utópico e idealista, pero esto no se contrapone en ningún caso con forjar una carrera exitosa, más bien la complementa porque al formar jugadores integrales, como lo fue en el proyecto del «Ballet Azul», el rédito económico en el fútbol de hoy vendría por añadidura, es cosa de fijar los ojos en los equipos más consagrados del mundo, algo que tanto le gusta hacer a los medios y políticos de este país y que sin embargo aquí se dejó de lado hace mucho tiempo porque se decidió desde el Estado y la administración del fútbol, poner al dinero por sobre este deporte, sin importar la calidad de jugador que se entrega al medio y el espectáculo que se presenta, teniendo como consecuencia un alicaído torneo nacional.
La falta de un proyecto así, hoy se pone de manifiesto por tres importantes razones: la primera es que desde el año 2013, ha existido una rotación de técnicos y jugadores que no permiten sostener resultados a lo largo del tiempo, no se han ganado los superclásicos y lo peor de todo es que dentro del nuevo aumento de capital de 10 millones de dólares, «gracias» a un préstamo del mayor accionista de Azul azul y presidente de la misma Carlos Heller, nuevamente no está contemplada la inversión y desarrollo de un proyecto de estas características. Únicamente se está considerando pagar deudas causadas por decisiones poco acertadas en pos de obtener más réditos económicos, en mantener funcionando la concesionaria y en traer nuevos refuerzos ¿Otra vez se invertirá en jugadores carísimos de poco rendimiento y se dejara ir a los buenos jugadores?.
Los dueños de la «U» en la actualidad, deben entender que el fútbol y por sobre todo la «U» no van en la lógica del mercado, que la entrega futbolística no es un valor transable, se logra y se perpetúa en el tiempo por el vínculo afectivo del jugador por su equipo, por el respeto a la gente que va domingo a domingo sin importar el resultado a ver a su equipo, a ver a nuestro equipo, que no sirve que se amplíe el capital accionario, sino se piensa en el futuro a largo plazo del equipo, que no sirve que por cumplir un artículo de la ley, se hagan juntas de accionistas para informar de decisiones que se tomaron a puertas cerradas y que únicamente favorecen a aquellos que tienen en sus manos a la «U» o el hambre de poder de un único personaje.
Deben saber que la «U» no está sola y que pese a todos los intentos por sacarnos del estadio e hipotecar nuestros valores en la bolsa, seguiremos adelante por recuperar ese Club que alguna vez fuimos, para entregar a nuestros jugadores la identidad que ustedes no quieren que tengan. Ad portas de una nueva junta de accionistas decimos fuerte y claro: «Volveremos a ser libres» cueste lo que cueste.
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