Por: Rodrigo Realpe V.
Fue un debut redondo el de Jorge Araya, y al que solo le faltó haberse coronado con un triunfo ante el poderoso Atlético Mineiro por Copa Libertadores. Sin embargo, tras jugar los 90 minutos y demostrar que está para pelear un puesto, el joven volante quedó feliz tras lo realizado ante el «O Galo».
Tras el trabajado 0-0, Araya atendió a El Gráfico Chile en la puerta del camarín albo. «Lo viví tranquilo gracias a la confianza que me dieron mis compañeros y el profe Sierra», confesó el volante.
Además reconoció que «nunca me sentí nervioso, quizás ansioso con ganas de que empezara el partido».
En ese aspecto el joven canterano confesó que en los minutos previos a salir al campo de juego «todos mis compañeros y los referentes me hablaban mucho y me decían que jugara como lo hacía en las juveniles y en los entrenamientos».
Pese a demostrar un juego pulcro y solvente, Araya sintió el rigor de jugar la Copa Libertadores, y es que el buen desempeño tuvo su precio. Durante el trámite el 24 del Cacique recibió un manotazo de Rafael Carioca que le dejó un rasguñon en la cara a un costado del ojo izquierdo.
«Eran medio mala leche los brasileños. Rafael Carioca me rasguñó en la cara, después quiso pedirme disculpas pero lo agarré a puteadas y le doje que había sido un mala leche. Pero bueno son cosas que pasan y quedó ahí», afirmó el canterano entre risas.
De aquí en más Araya sabe que lo que viene es seguir remándola para ganarse un puesto en el equipo titular. «Yo vivo el día a día no más, el profe sabrá a quien pone. Ahora no queda más que entrenar y seguir trabajando como todos los días», remató el Busquets de Macul antes de irse a festejar junto a su familia el impecable debut en la fiesta reservada solo para los más avezados.
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