El Gráfico Chile

Columna de la U: Imagina

Por: Rodrigo Leiva Echeverría
Colaborador y socio de la Asociación Hinchas Azules

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Imagina que en un día próximo, alguno de tus hermanos de sentimiento te llama a las primeras horas del día, con el objeto de apurarte para que llegues a la hora acordada a la estación de metro más cercana. Es un día importante, pues van a votar por las mujeres u hombres que en los próximos años dirigirán el destino de nuestro amado «club». En un proceso eleccionario enmarcado en principios como la igualdad del sufragio de todos los hinchas azules que tengan más de 14 años u otra edad que enmarque al pueblo azul, acreditando su calidad de socios y que estén al día en el pago de sus cuotas que tendrán un valor totalmente asequible a la realidad económica del hincha del chuncho. Dicho en otras palabras: ese día el voto de cualquier persona que va a alentar al equipo de nuestros amores, ya sea que acuda a galería o a tribuna tendrá el mismo valor, como siempre ha debido ser. ¿Te lo imaginas?

Imagina que en el próximo partido que nos corresponda jugar de local, al momento de comprar tu entrada a la ubicación de galería (que es la locación del estadio en donde más gente asiste) todo fuese distinto.

Imagina, en primer lugar, que el boleto tiene un costo consciente y acorde con los ingresos del chileno promedio, considerando al mismo tiempo que muchos de los que asisten aún no tienen ingresos económicos o estos son escasos o no permanentes, ya sea por la edad del asistente o por otros factores sociales.

Imagina, en segundo lugar, que el acto de la compra lo puedas realizar un día distinto al del partido por las distintas plataformas tecnológicas y que por medio de los comprobantes correspondientes que se generan producto de esta transacción sean suficientes para poder entrar al estadio sin la necesidad de tener que ir en otro día distinto del partido a buscar los respectivos recibos. Y que al mismo tiempo exista la posibilidad de comprarla el mismo día del partido en las boleterías del respectivo estadio.

Imagina, en tercer lugar, que en el día del partido todas las medidas y controles establecidos para la entrada de las personas a la ya mencionada ubicación, estén ideadas tomando como centro el respeto y la protección a los derechos y dignidad que tienen todos los asistentes por el sólo hecho de ser personas, independiente de que esa localidad sea la que cueste menos dinero. Y que al mismo tiempo las personas que estén encargadas de implementar estas medidas deban someter su actuar al respeto a los principios antes señalados y no actuar en forma predeterminada, como si la gente que está entrando a ese sector fuese delincuente por pagar menos que otros. Y que de una vez por todas se reconozca que la galería es sinónimo de alegría en un partido de fútbol, y que los incidentes que se producen como en cualquier evento social masivo se deben solucionar puntualmente y nunca estigmatizando a la totalidad de las personas que concurren a esta localidad, porque vuelvo a insistir: la galería es alegría en el mundo fútbol y esta realidad nunca cambiará, por más que determinados grupos poderosos (que en la actualidad están siendo investigados por presuntos delitos, como es de conocimiento popular) quieran instalar este concepto a la comunidad por medio del uso de determinadas herramientas sociales que estos controlan debido a su gran poder económico, como por ejemplo los medios de comunicación.

La galería azul es uno de los pocos lugares en la sociedad actual donde se reúnen personas de diversas edades, de diversos pensamientos, de diversos ingresos económicos; donde no hay fronteras, donde no existe el tan dañino perjuicio social. Y donde sí impera un gran factor de unión, que nace de alentar incondicionalmente a los que portan el escudo en la cancha, y que este aliento se debe hacer sentir más fuerte cuando los jugadores están pasando por un mal momento en el marcador.

Imagina que algún día no tan lejano, cuando quieras llevar a tu hijo, hermano chico, sobrino, etc., a las escuelas de fútbol de la Universidad de Chile y te informen respecto a la metodología que utilizan en estas, te lleves la grata sorpresa de que la formación del jugador de la «U» no se queda solamente en el plano futbolístico, sino que comprende el objetivo esencial que debe tener un Club social deportivo, esto es: inculcarle a este pequeño «chunchito» con alas en formación, lo que significa llevar la «U» en el pecho;

Imagina que su formación abarca la enseñanza de cuáles han sido los jugadores que nos enorgullecieron a lo largo de la historia y las historias de éstos. Como por ejemplo el gran amor que le tiene a este «club» don Carlos Héctor Campos Silva, o el «tanque», para los amigos, y que en base a su amor incondicional a estos colores no se permitió jugar por ningún otro equipo en su carrera y señalando que para él la Universidad de Chile es «lo más importante de mi vida». Y que este sentir lo convierte en uno de los jugadores más queridos en la historia por parte de la hinchada azul, dejando en segundo plano el hecho de que ha sido el jugador que más goles ha convertido en los súper clásicos, con 16 anotaciones y que es el máximo goleador en la historia, con 197 goles. O la gran capacidad y talento del gran Rubén Marcos, clave en los años del Ballet y que fue unos de los pocos que sacó la cara por la selección en el mundial de Inglaterra del año 1966, marcando los dos goles que hizo Chile tanto a Corea del Norte como a la Unión Soviética. O la gran versatilidad y coraje del gran Braulio Musso, sólo por mencionar algunas de las historias de tantos jugadores de nuestro club que son un ejemplo de vida para todos nosotros.
Imagina que les enseñen acerca de cómo es que el tercer lugar en un mundial de fútbol del año 62 fue conseguido con una base de jugadores azules. O el significado de uno de los himnos más hermosos que existen. O cómo una de las mejores hinchadas que hay en el mundo fútbol se forjó en uno de los momentos más malos futbolísticamente del Club, el año 1988, bajo el emparo de lienzos que se usaban como estandartes y que demostraban ya el espíritu de lo que se venía, rezando estos lemas como «con la U siempre» y «devotos del Bulla».

Imagina que les inculcan lo que significa jugar en un club deportivo. Que el carácter social que debe imperar va en directa contraposición con los fundamentos que rigen en la actualidad al fútbol mercado, donde el principal objetivo es ganar dinero a cualquier precio y marginando en forma total la participación del hincha en las decisiones relacionadas con la administración de este. Que el jugar por la «U» a un jugador lo debe marcar de por vida, haciendo que este le deba fidelidad a los colores hasta el último día de su vida, de la misma forma que lo hace un hincha por este escudo, demostrando esto en hechos como es el de priorizar el vestir esta camiseta en determinados momentos por sobre otras opciones que tenga este que le otorguen un «mejor» vivir en cuanto a lo económico, el preocuparse del bienestar del pueblo azul en todo momento e independiente de los costos que conlleve.

Ahora, imagina que hay un numeroso grupo de hinchas del Romántico Viajero que se están organizando para que todos los ideales y principios señalados anteriormente se conviertan en realidad. Que tengan como ejes centrales en su trabajo la integración de todos los azules a lo largo del país. El escuchar y respetar las diversas opiniones, y que las decisiones que se toman sean a través de la votación de la mayoría en espacios democráticos y frontales.
¿Sabes qué? Esto último puedes dejar de imaginarlo, porque ya existe. Y este grupo de hinchas soñadores, que no son los únicos, por cierto, espera que cada vez se unan más y más hinchas para hacer de este mundo futbolero algo un poco más lindo y humano para vivir. Se llama Asamblea de Hinchas Azules.

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GRAF/GL

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