El Gráfico Chile

Columna de la U: Carta Abierta a la Intendencia, ANFP y Azul Azul

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Carta Abierta a la Intendencia Metropolitana, la ANFP y Azul Azul

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Estimadas autoridades:

A través de la presente me dirijo a ustedes no como presidente de organización alguna, ni como hincha de un determinado club, sino como alguien que ama el fútbol y desea, al igual que millones a lo largo de todo el país, verlo resurgir como la actividad social y humana que es. Y lo hago con la humilde intención de hacerles ver tan solo un par de cosas que están haciendo mal y que, creo muy humildemente, pueden encontrar fácil solución si se tratan con la voluntad debida.
Constantemente veo y escucho aquí y allá en medios de comunicación una frase que, a la luz de los hechos, no deja de llamarme poderosamente la atención: la famosa y manoseada «queremos que la familia vuelva al estadio». ¿Por qué me llama la atención? Porque desde los dichos hasta los hechos hay mucho, pero mucho trecho. Sí, hay una distancia sideral entre lo que dicen buscar y las acciones que en conjunto llevan a cabo para que eso se materialice. La prueba más clara de lo anterior son los bajísimos niveles de convocatoria que tienen los partidos de nuestro fútbol profesional, donde la familia brilla por su ausencia.

Me permito destacar a continuación apenas tres de las innumerables situaciones donde uno advierte esta profunda disonancia entre discurso y acciones. Situaciones que, como sugiero, si se tratan con la debida diligencia, pueden resultar en una mejora sustantiva del espectáculo y la revalorización del fútbol como actividad.

Cuidado de los hinchas

No pude evitar notar que el del pasado sábado fue el segundo partido, en lo poco que va de campeonato, que a la «U» le programan a las 17 horas. Y no, no voy a caer en la tontería de acusar intento de perjudicarnos ni nada de eso. Sin embargo, sí voy a apuntar a la falta de tino y responsabilidad que implica exponer a miles de personas, jugadores incluidos, a estar durante tres horas a temperaturas superiores a los 30° y a niveles de radiación solar que sobrepasan con holgura los considerados como peligrosos por la Organización Mundial de la Salud. ¿Qué cuesta programar los partidos a una menos ingrata y nociva? Ah… Sí, la parrilla del Canal del Fútbol exige una programación de partidos que le permita exhibirlos todos. Pero si son apenas ocho partidos de Primera A, que se distribuyen durante tres días, ¿cómo puede ser tan difícil? Además: la mencionada empresa televisiva cuenta con al menos tres señales. Y si nada eso les hace ruido: ¿de verdad es más importante el rating que cuidar a las personas?

Por lo demás, considero que estas cosas no pueden quedar al criterio de la autoridad de turno. Debe necesariamente existir un protocolo que norme esto. Y si acaso existe, debe revisarse con minucia y criterio. Es lo mínimo que demanda el fútbol de un país que aspira al desarrollo.

Y si de verdad no se puede, si de verdad no es factible, por último tengan todos la decencia y la deferencia de permitir el ingreso de bloqueador solar. Insisten en lo del regreso de la familia al estadio, pero en el primer control requisan todo lo que se pueda utilizar para el cuidado de los niños, quienes son los que por lejos más sufren con la falta de criterio. ¿Protector solar? A la basura. ¿Una sombrilla? Requisada. ¿Agua? Ni pensarlo. Entiendo que existe un protocolo de ingreso cuyo cumplimiento corre a cargo de la autoridad policial y el organizador del espectáculo. Bueno, necesitan juntarse con urgencia para revisarlo y poner fin a todas esas burradas que no hacen más que alejar a la gente de los estadios. Porque ¿quién va a querer llevar a sus hijos a que se rosticen y se deshidraten?

Precios de entradas

Esto quizá no compete a la totalidad de las entidades a las que refiero en esta carta, pero sin duda es un problema estructural que va más allá de la sola dirigencia de Azul Azul: el precio de las entradas.

Como política, todo el sistema de recaudación de los clubes en Chile está mal hecho. Derechos de imagen, televización y publicidad están muy por encima de la recaudación por concepto de venta de entradas. Ese porcino está pelado a tirones, así de mal. Pero no reparemos en eso, no nos detengamos en la óptica del club. Vayamos a la problemática que vive el hincha, la familia.

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Veamos: queremos que vuelvan las familias al estadio, pues pensemos en una familia de cuatro personas: padre, madre y dos pequeños. En el caso de Universidad de Chile, si esos niños tienen más de cuatro años, pagan precio de adulto. Sí, son considerados adultos. En el caso de nuestra familia tienen ocho y diez añitos. Así las cosas, para ir al estadio nuestra pequeña familia debe pagar $24 mil solo por concepto de entradas. Hagamos de cuenta que son extraterrestres y que no les da sed con los 35° que hay bajo el sol en la galería y no compran los pequeños vasos de bebida que venden a $1000, ni los helados Centella de $500. Descontemos entonces esos otros $6000 que podrían haber gastado. Y hagamos de cuenta también que llegaron al estadio volando, y que no tuvieron que pagar por el transporte público ni de ida ni de vuelta.

Descontemos esos otros $2800. Digamos, sumando y restando, y solo para este ejercicio, que ir al estadio para una familia de cuatro cuesta solo $24 mil y no $33 mil, como es realmente. Y digamos que la familia va solo una vez al mes al estadio y no dos, como suele ser en un mes promedio con dos partidos de local.

$24.000 parece no ser mucho. Pero permítanme recordarles que en el país más capitalista del mundo el sueldo mínimo asciende a $250.000. ¡Sí! ¡10% del sueldo en ir a ver un partido! Y cuidado: eso es si acaso lo calculamos con cifras falsas. Recordemos que en realidad son $33 mil por partidos, dos veces al mes. O sea: $66 mil en total. ¡26% del sueldo mínimo! ¿Creen, honestamente, que con esos abusos a las familias les dan ganas de volver a los estadios? ¡Precios razonables, por favor! Descuentos importantes para niños y adultos mayores. Los niños deberían entrar gratis hasta los doce años, por lo menos en partidos de clase B. ¡¿CÓMO SE LES OCURRE COBRARLE $5 MIL A UN NIÑO DE CINCO AÑOS?! ¡En qué piensan!

Sistema de ventas de entradas

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Para quienes tienen pases liberados o administrativos y ni siquiera necesitan preocuparse de comprar una entrada esto no debe ser ni siquiera tema. Pero para otros, los hinchas comunes y corrientes, es todo un calvario.

¿Por qué no venden entradas en las boleterías el mismo día del cotejo? ¿Por las aglomeraciones? Se las concedo para un partido de clase A; para un clásico, obviamente, pero ¿para un U. de Chile vs. San Marcos en pleno verano? ¿En serio no pueden coordinarse y habilitar una o dos boleterías por locación con sus respectivos resguardos policiales? Está bien, quizás de verdad es muy complejo en términos logísticos. Lo dudo mucho, pero quién sabe. Pero si eso no es posible, ¿no pueden entonces habilitar un sistema de venta de entrada menos absurdo?

¡Y es que el sistema actual es un disparate! ¿Qué es eso de tener que sacar una cuenta en algún banco para poder hacer transferencias electrónicas? Está bien, no es nada del otro mundo tener na cuenta RUT, pero ¿y el que no tiene? ¿Y si no tengo acceso a internet? Además nos obligan a pedir permiso en el trabajo para ir algún día previo al partido hasta el estadio mismo para poder RECIÉN retirar las estradas. O aun peor: nos obligan a darle un poder simple a alguien y apelar a su buena voluntad para que vaya a buscarlas por uno. Y que no se te vaya a olvidar fotocopiarle tu carnet. Porque si se te olvida ese detalle, adiós partido. ¿Lo más curioso? El clasismo implícito en esta medida, porque solo a la gente de galería se le pido todo esto. A las personas que van a tribuna no. O sea que en efecto se puede poner en práctica un sistema menos absurdo, solo que no para los que tenemos menos. Se trata de hacerle las cosas fáciles al hincha, ¡no de ponerle trabas!

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Ya parece intencional

Revisando y mejorando esos tres aspectos la gente debería, con el tiempo, reencantarse y empezar a sentirse más convocada a participar de los espectáculos deportivos. Quedan por revisar otros aspectos: la brutalidad y el descriterio policial en los ingresos (avalada por cierto en la Ley de Derechos y Deberes en los Espectáculos Deportivos, y que por cierto son puros deberes y ningún derecho), los incoherentes aforos en partidos donde no se justificaba en ningún caso (como las 7 mil personas autorizadas en el Calvo y Bascuñán) y, derechamente, la exclusión de los hinchas en la planificación y ejecución de todas las medidas que puedan sacar el pozo a nuestro fútbol.

Si de verdad les interesa que la gente, las familias vuelvan a los estadios, enfóquense en los problemas que realmente alejan a esa gente. Ataquen esas situaciones que ustedes mismos han propiciado y que son las que hacen que la gente piense «uf, qué lata ir al estadio». Háganlo, está en sus manos. De lo contrario no nos quedará otra que seguir pensando que, en realidad, no les interesa que la familia vuelva al estadio, sino que se abone al CDF. Y créanme: somos varios los que ya lo pensamos.

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Se despide muy atte.,
Andy Zepeda Valdés
Presidente de la Asociación Hinchas Azules

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