La noche del lunes, se emitió un nuevo episodio del programa Sigamos de Largo, el que estuvo marcado por la participación de Chiqui Aguayo. La comediante habló sobre los cambios que enfrentó luego de convertirse en mamá y sorprendió con una particular reflexión.
Primero, confesó que los primeros meses después del nacimiento fueron terribles. «(Amal) Se ponía a llorar y me daban ganas de llorar con ella. Lloraba un montón. Quería dormir solo acá arriba, entonces yo súper asustada de que le pudiera pasar algo, durmió dos meses acá arriba mío. Dormíamos con la luz prendida», dijo.
Además, reconoció que se ha convertido en una mamá súper aprensiva. «Yo nunca me imaginé de mamá relajada. Así como hippie. Yo a todo el mundo le decía que Karim (su pareja) iba a ser la mamá», contó, indicando que la pequeña Amal será hija única.
Sin embargo, el momento más llamativo vino después, cuando explicó que la maternidad no solo afectó su vida personal, sino que también la manera en que quiere hacer comedia. «Si la Amal hubiera sido hombre, no sé si hubiera pasado, pero como es mujer, hay chistes que no quiero volver a contar, hay cosas de las que no me quiero reír», dijo Chiqui Aguayo.
«Sacaría todos los chistes donde yo me trato de fea, porque encuentro que para la Amal voy a ser hermosa. No quiero seguir con ese bulling que me hago siempre», agregó, señalando que también desea acabar con los estereotipos de belleza. «No quiero perpetuar que todas tengamos que ser flacas raquíticas ni encajar en los moldes. Le he dado hartas vueltas a los chistes», sostuvo.
Finalmente, comentó que si su hija llegara a salir con ella al escenario, «no quiero que salga a decir garabatos. Hablo de eso en monólogo. De ahora en adelante… Como que tengo una presión. Quiero que se sienta orgullosa de mí».