Un grupo de científicos dio una gran noticia el 2013: descubrieron dos especies de marsupiales depredadoras que habitan en las regiones más húmedas y de mayor altitud del estado de Queensland en Australia.
Sin embargo, los expertos se tardaron cinco años en dar noticias tristes en torno a este mamífero: ya están al borde de la extinción.
Lo llamativo eso sí es la razón por la cual los antechinus de cola negra y los antechinus de cabeza plateada pueden desaparecer: su gran apetito sexual.
De acuerdo a una investigación dada a conocer por el portal Phys, los diminutos marsupiales sostienen maratónicas jornadas de sexo que pueden llegar a las 14 horas continuas. Luego de esto, el agotamiento puede derivar en que mueran.
El especialista en mamíferos de la Universidad de Tecnología de Queensland, Andrew Baker, sostuvo que «son muy frenéticos, tratan de pasar de una pareja a otra y el apareamiento en sí puede durar horas, por lo que es muy agotador».
El experto indicó que también sufren otros tipos de secuelas producto de su constante deseo de aparearse. Por ejemplo, pierden el equilibrio constantemente ya que solamente están pensando en buscar una hembra, lo que lleva a que sufran lesiones, pierdan parte de su pelaje y sangren por diversos puntos.
Además, las largas jornadas sexuales y las constantes luchas con otros machos para lograr conquistar a alguna marsupial, les generan niveles excesivos de testosterona, hecho que provoca que la hormona del estrés se les apague, destruyendo sus órganos de esta forma por lo que disminuyen su expectativa de vida a la mitad, muriendo al primer año de vida. Las hembras en tanto, viven en promedio dos años.
Finalmente, el estudio señala que también existen factores externos al sexo, como el calentamiento global, la desaparición de su hábitat y la amenaza de otras especies que han derivado en el aumento de la mortandad de estas especies.
