Era media noche y Alma Ponce, joven de 17 años, caminaba tranquilamente de vuelta a su casa en Dallas, Texas, junto a su hermano de ocho años. De pronto un hombre que tenía un suéter rojo, guantes un vaso se acercó a ella para verterle el contenido de este.
“Estaba muy preocupada por mi cara y no sentía lo de mi espalda y lo de mi pecho, «nomás» sentía que mi cara estaba quemándose”, relató la joven desde la cama de un hospital al medio Univisión.
Se trataba de ácido, uno tan fuerte que ha tenido que someterse a varias cirugías de reconstrucción, entre ellas una para ingertarle piel de su pierna en el pecho y la espalda. Hoy Alma no ve por un ojo y su audición también ha sufrido estragos. Era junio de 2017. Casi un año después la joven Alma abrió su corazón y metió el dedo en la yaga recordando la terrible noche. Así es como el medio
«La policía nunca descubrió quién lo hizo «, dice la joven que a sus cortos 18 años ha tenido que pasar por mucho y por la misma razón contó su experiencia.
«Fue horrible»
«Pienso en este ataque todos los días y será algo en lo que pensaré por el resto de mi vida. Me levanto todas las mañanas y solo espero que haya sido un sueño, pero nunca lo es porque entonces veo mis cicatrices en el espejo» relató la chica al medio inglés Metro.
«Llevaba un sombrero de trabajo y cuando me lo quité, la piel de mi frente se salió con él. Realmente pensé que había terminado, pensé que iba a morir. El dolor fue tan malo «, relató emocionada.
Cuenta además que grande fue su sorpresa cuando su familia encontró una leyenda pintada al lado de la casa, que dictaba algo así como «esto te pasa por salir con un nigga». «Yo ni siquiera estaba con él en ese momento», recuerda Alma.
Salir adelante
La joven comentó su cambio en este año, y ha notado que se ha vuelto realmente paranoica. «Por la noche me da miedo. Creo que podría estar en la esquina esperándome otra vez», cuenta.
«Simplemente no sabía qué hacer, solo fueron segundos, pero se sintió como un largo tiempo. Todo lo que pude sentir al instante fue esta sensación de ardor en el cuello y la cara. Fue horrible. Sentí como si mi piel se estuviera derritiendo», continuó. Sin embargo para la joven existe la convicción de salir adelante, asegurando que «en este momento sólo me estoy enfocando en seguir adelante con mi vida».
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