Zoe Adams, una joven de 19 años residente en la ciudad inglesa de Carlisle protagonizó una aterrador ataque luego de apuñalar en el pecho a su novio tras tener sexo, disfrazándose de «payasa satánica» para efectuar la brutal agresión.
Kieran Bewick (18), quien fue la víctima del hecho, relató en la corte cómo ocurrió el hecho, indicando que primero habían sostenido relaciones íntimas, tras lo cual la mujer apareció con maquillaje de «diamantes en los ojos», una gran boca roja «similar a la del Joker», las manos detrás de su espalda y una gigantesca sonrisa, según consigna The Sun.
Tras esto, ella le preguntó si su apariencia le asustaba, ya que sabía que el joven le temía a los clowns. Él le dijo que no, pero le pidió lo siguiente: «¿Puedes ir a lavarte la cara?».
Pero Adams ni se inmutó, solamente sonreía. Posteriormente, ella le consultó si él se dejaría atar y tuvo un no como respuesta. Así que ella le pidió si él podía ponerle una almohada sobre su cara.
«Así que le puse la almohada sobre su cabeza. Ella había estado trazando un corazón con su dedo sobre mi pecho y me preguntó ‘¿realmente me amas?'», expresó el joven.
«Dije ‘si’. Ella dijo: ‘¿Realmente me quieres?’ Dije que sí. Ella puso su mano detrás de su espalda, pensé que tenía mi teléfono», continuó Kieran.
«Ella dijo ‘pon la almohada de nuevo en tu cara, créeme’. Entonces fue cuando me apuñaló. No sentí dolor, pero sentí el sangrado. Sentí que se me salía el pulmón y que me brotaba sangre», remató.
Tras esto, él huyó rápidamente de la casa vestido solamente con ropa interior, con heridas en su pecho y un muslo, llegando hasta la casa de una tía de su pareja a quien le contó lo siguiente: «Zoe me atacó».
El hecho ocurrió en junio pasado y ahora se desarrolla el juicio, en donde además de contar Kieran cómo fue el brutal ataque, reveló que un mes antes del ataque Adams le había enviado un mensaje de texto en donde le contaba que su fantasía sexual era «amarrar a un hombre y usarlo como sacrificio humano».
Cabe mencionar que durante las audiencias, Zoe negó el relato del joven asegurando que todo era «una mentira». Sin embargo, reconoció que de vez en cuando le gustaba causarle lesiones corporales.
En tanto, los peritos que revisaron el celular de la mujer afirmaron que ella tenía imágenes de cuerpos masculinos con heridas, resaltando que la más preocupante de todas era la fotografía de genitales masculinos sangrando.