Una familia en la ciudad de Pyeongtaek en Corea del Sur estaba desesperada buscando a su perro, un corgi galés que había desaparecido hace varios días de casa.
Todos en el grupo familiar se desplegaron por la ciudad, repartieron fotos del animal, con el nombre y un número telefónico de contacto.
Incluso, ofrecieron un poco más de $560 mil como recompensa para quien lograra encontrar a su querida mascota, indica The Guardian.
En su búsqueda, llegaron donde un vecino que vivía a sólo tres casas de distancia, y éste les prometió que les avisaría de inmediato si sabía algo del perro.
Al día siguiente de la visita, el vecino de 63 años llegó a la vivienda, consoló al padre de familia por la pérdida del animal y lo invitó a cenar a su casa.
Afortunadamente este dijo que no, ya que es vegetariano y el “plato principal” era carne.
Lo que supieron después los dejó helados. Otro vecino llegó hasta su casa y les contó que el tipo que los había invitado a cenar había matado a la mascota y que luego la había cocinado.
La familia no lo podía creer y sólo aceptaron la pérdida cuando el sujeto confesó ante la policía los hechos.
Según el hombre de 63 años, los ladridos del perro lo tenían “podrido” y cuando estuvo cerca de su casa le tiró unas piedras, una de ellas lo impactó y el animal quedó inconsciente.
Fue tras él, lo recogió y cuando llegó a la casa lo estranguló y lo mató. Luego de ello lo cocinó y finalmente se hizo el desentendido y el que iba a ayudar cuando le fueron a preguntar.
La historia sólo salió a la luz luego de que una de las dueñas del corgi galés, la hija del padre al que invitaron a comerse a su propio perro, lo publicó en las redes sociales para hacer justicia y que el sujeto sea castigado, apunta el medio inglés.
Hay que señalar, que en Corea del Sur comer carne de perro algo habitual y se cree que hasta un millón de animales se consumen cada año.