Las quería perfectas y para ello decidió tatuarse unas cejas gruesas y oscuras, de esas que se están viendo frecuentemente en el mundo del modelaje.
Todo parecía una gran idea, pero Kanyarat Chaichan jamás imaginó el terrible resultado tras su “genial” ocurrencia.
La joven de 26 años de Tailandia recurrió a un “profesional”, sin embargo el trabajo que le hizo fue particularmente horrible.
Kanyarat quedó con dos cejas gigantescas, muy poco prolijas, que no iban con su cara y que además tampoco se adecuaban a sus ojos.
Según el Daily Mail, la joven ya se “había resignado” a vivir para siempre con sus nuevas cejas, pero su historia fue vista por Vilailak Nan Sundantom, un artista del tatuaje que decidió ayudarla.
El tatuador comenzó trabajar en el rostro de Kanyarat y poco a poco ha logrado mejorar el dudoso trabajo de su colega.
“Nadie quiere tener esas cejas por el resto de sus vidas. Haré todo lo posible para ayudar, pero tomará entre tres y seis meses para ver los resultados”, dijo Vilailak.
En tanto, la joven señaló que ahora sólo está siendo paciente y espera que sus cejas mejoren.