Un reciente estudio, publicado por el Journal of Public Health, demostraría que beber tres copas y media de vino a la semana sería suficiente para dañar el cerebro y aumentar el riesgo de demencia.
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Hasta el momento esta es la investigación más grande de su tipo en comprobar que niveles bajos de alcohol en el cuerpo pueden dañar la mente.
Se estudiaron 13.342 casos de adultos entre los 40 y 73 años, quienes fueron evaluados por un lapso de cuatro años y medio. El daño fue más pronunciado en las personas mayores de 60 años, lo que demostraría que sus cerebros son más sensibles al consumo de bebidas alcohólicas.
El menoscabo mental se evidenció entre quienes bebían más de 10 gramos al día, un número bajo considerando que una copa normal de vino posee ocho gramos.
Entre los resultados destaca que tanto hombres como mujeres que bebían una copa de vino o medio litro de cerveza al día sufrieron un drástico descenso en su capacidad neuronal.
El tiempo de reacción y el rendimiento de los sujetos disminuyó, junto con cualquier tipo de beneficio asociado al consumo de alcohol.
La razón se debería al daño en las células nerviosas que envían señales al cerebro. Por otro lado, el consumo alteraría la absorción cerebral de vitamina b1, crucial para la capacidad cerebral.
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El estudio fue desarrollado por investigadores de las universidades de Oxford y Cardiff, y tiene que ver con el “riesgo significativo” de contraer demencia.
Uno de los autores, el profesor Simon Moore de la universidad de Cardiff, recomienda minimizar el consumo para mantener la salud en los adultos mayores. Los resultados han puesto en jaque a la Organización Mundial de la Salud (OMS) respecto al límite de alcohol recomendado semanalmente, equivalente a 14 unidades semanales.
Al año se reportan unos 61 mil casos de demencia en Reino Unido, enfermedad que hasta el momento es incurable. Según estos científicos, el alcohol contribuiría directamente en el incremento de esta tasa por su toxicidad asociada al cerebro y a la memoria.
Esto se condice con el estudio lanzado la semana pasada que demuestra que los bebedores empedernidos triplican su posibilidad de contraer cualquier tipo de demencia.