EEUU está luchando en los últimos años contra una verdadera crisis generada por la adicción a la heroína, que se ha transformado en problema de salud pública y hasta es catalogada de epidemia.
En medio de trágicas historias que se conocen día tras día, en Cincinnati una luz de esperanza se abre para los que luchan contra la droga.
Ayer, los pequeños Landen y Mikayla fueron adoptados por la enfermera Janet Siemer, que durante varios meses fue la cuidadora de los pequeños.
Landen se “robó” la película en la audiencia, ya que incluso llegó a sentarse en el regazo del juez Ralph Winkler lanzándole un cariñoso “hola mami” a Janet.
La mujer, cuenta que ahora es inimaginable pensar como conoció a los pequeños cuando llegaron al hospital en el que trabaja.
“Ambos nacieron adictos a la heroína”, cuenta la mujer a Katu 2. Janet explica que Landen estuvo siete semanas internado y que seguía con todos los síntomas de abstinencia tras llevarlo a casa.
«Diarrea, vómitos, sensibilidad a la luz. Fue un reto las tres primeras noches. Despertaba gritando, dormía 5 minutos y despertaba de nuevo. Después de la primera noche pensé ‘Dios mío, ¿en qué me estoy metiendo?’”.
Unos meses más tarde, fue Makayla la que llegó a su cuidado, pero con ella todo fue más fácil, ya que no tenía tantos problemas.
Janet, que lleva 14 años como enfermera, aseguró que nunca había visto una epidemia como esta y que decidió adoptar a los menores porque ha visto día a día “cómo la heroína afecta a las familias y había niños que necesitaban cuidados”.
“Amo a los niños, ¿por qué no?”, sentenció.