En el primer gobierno de Michelle Bachelet se dieron los primeros pasos de este proyecto que, si bien debía estar terminado en 12 meses, se retrasó por diferentes motivos. El edificio tiene una ubicación privilegiada frente al borde costero, en plena calle 21 de mayo de la ciudad, en los ex terrenos de Asmar, y su construcción respondió a la necesidad de contar en la Patagonia Austral con un espacio para las manifestaciones culturales en el ámbito de la música, danza, teatro y expresiones visuales. El diseño fue realizado por el arquitecto Néstor Vásquez Bahamonde, más de mil metros cuadrados de una construcción que vincula el mar con la vía pública.
El nuevo inmueble será, además, la sede del Centro de Creación Infanto Juvenil (CECREA) que prometió la presidenta Bachelet para la ciudad de Punta Arenas.
En total son 1.554 metros cuadrados, que prontamente concentrará la actividad artística de la ciudad austral. “El proyecto inicial tomó nueva forma. Estamos hablando de un espacio de incubación y creación, pero también de exhibición, que va a significar un impulso para toda la región. Este Centro Cultural se abrirá a creadores de otras comunas y provincias de Magallanes, porque seguro se transformará en un lugar de encuentro. Finalmente los centros culturales son eso, lugares de diálogo, de debate, de la vanguardia, pero también de respeto de nuestro patrimonio”, comentó el ministro de Cultura, Ernesto Ottone, durante una visita a fines de abril.
PRIMEROS PASOS
El monto asignado para la primera etapa fue de $900.000.000, financiamiento que provino del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, fruto de un convenio firmado en 2009 entre dicha repartición y la Municipalidad de Punta Arenas.
Finalmente la construcción total del Centro Cultural de Punta Arenas consideró una inversión total de $1.967.620.000 (mil novecientos sesenta y siete millones, seiscientos veinte mil pesos); el Gobierno Regional de Magallanes entregó $922.620.000 para la construcción de la segunda etapa del edificio y recientemente otros 120 millones para la compra de equipos. La construcción –que corresponde al programa de Centros Culturales impulsado por la primera administración de la presidenta Michelle Bachelet en el año 2007– comprende una sala de artes escénicas con una capacidad para 220 espectadores, espacios para talleres de teatro, música, artes visuales, danza, exposiciones, cafetería, oficinas de administración y terrazas, todo distribuido en tres plantas. El lugar fue concebido como un gran laboratorio para el desarrollo de las diferentes disciplinas artísticas, un espacio multidisciplinario para la región y su gente. El diseño de la estructura obedece –según Vásquez Bahamonde– a una propuesta que pretende integrar al Estrecho de Magallanes como referente natural. Además intenta representar las duras condiciones de la navegación y el arribo de los inmigrantes a la zona. Por ello simula dos barcos encallados “que reflejan lo difícil que ha sido el dominio del mar en esta zona y también dejar plasmado, de alguna forma, el aporte de los inmigrantes. Por ello se pensó en dos pontones con una galería central o espacio abierto que nos conduce al Estrecho”, precisó el arquitecto.