Tras retrasos por la pandemia, llega «Black Widow», la película de Marvel sobre Natasha Romanoff, el popular personaje de Scarlett Johansson. La cinta dirigida por la australiana Cate Shortland está en algunos cines de regiones y en la plataforma Disney+ via Premier Access.
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La producción muestra a una Natasha que enfrenta su pasado para intentar sobrevivir una conspiración. Además, la espía debe retomar lazos previos a los Vengadores. Esto implica abrir viejas heridas y entrar en temas tan complejos como peligrosos. Por lo tanto, hay momentos emotivos, mucha acción y, ya algo típico de Marvel, risas.
En entrevista con Publimetro, la realizadora contó una cinta protagonizada y dirigida por mujeres, con una presencia femenina particularmente importante. Por ello, para Shortland el trabajo con Johansson fue esencial para poder tener un buen resultado.
«Creo que debido a que teníamos experiencias compartidas, con Scarlett podíamos hablar de nuestra niñez, en nuestros años de adolescencia, en nuestra vida profesional, de todo», dice la realizadora. Y agrega que esto les permitió generar una confianza mutua.
Pero esto no fue algo que pensara que podía ocurrir: «Uno piensa ‘Ah, es Scarlett Johansson, ella no va a entender esas experiencias’, pero es entretenido cómo tomamos esos roles y tenemos temas sobre el control». Aparte, Shortland, agrega: «El hecho de que Scarlett ha interpretado el rol por 10 años fue la tormenta perfecta».
El mundo de «Black Widow» y Marvel
Johansson no está sola. Florence Pugh interpreta a Yelena, mientras que David Harbour da vida a Alexei/The Red Guardian. Por su parte, Rachel Weisz es Melina. Al igual que ella, ellos se suman a un mundo como el de Marvel, con reglas ya establecidas. «Hubo momentos que fueron agotadoramente difíciles, pero hubo mucha alegría y libertad. La colaboración con el estudio, los actores, el equipo de diseño de producción y efectos especiales, y coordinadores de dobles… me sentí muy bendecida con este equipo increíble».
Respecto a la trama, cuenta que querían que fuera entretenida, «pero teníamos que ser honestos sobre lo que ella era como personaje. Ella es muy contradictoria. Ha sufrido traumas y tantas cosas. Entonces, el guión fue la parte más difícil de este viaje». Entre los encargados estuvieron Jac Schaeffer, Ned Benson y Eric Pearson. «Yo estaba un poco escéptica cuando Eric llegó a pesar de que me había gustado mucho «Thor: Ragnarok», porque teníamos un guionista hombre. Pero fue un colaborador fantástico», dice.
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Respecto al trabajo en el set, la directora explica que buscaban tener todo listo y organizado para crear «un escenario seguro donde ellos pudieran jugar. Como es sobre la familia, podíamos permitir que fuera un caos y que ocurriera lo desconocido. Lo que vemos son actores en su mejor momento y que lo pasaron realmente bien», asegura.
Pero no sólo ellos lo pasaron bien. «A veces me sentaba tras la cámara llorando de la risa por la improvisación. Eran súper mal portados. Y creo que eso es lo que queremos ver, especialmente en una película de Marvel». Esto es especialmente cierto en el caso de David Harbour. «Su personaje es muy parecido a Eric. Lo quería matar, pero fue increíble».
Acción «sin» acción
Volviendo a Johansson, Shortland la alaba nuevamente. «Creo que lo que probó el compromiso de Scarlett fue cuando estábamos rodando en Noruega, había nieve cerca, pero ella se metió en un lago congelado. Estaba sorprendida de que lo hiciera y tras eso, vi un coraje en ella durante las escenas de pelea, seguía grabando aunque se sintiera mal. Supongo que también me dio fuerza a mi. Hubo momentos muy difíciles, pero nos apoyamos la una a la otra y creo que la película es sobre eso».
Durante la entrevista vía Zoom, Shortland habla bajito y se ve inofensiva. Por lo tanto, cuesta imaginarla dando instrucciones durante las estruendosas escenas de acción de «Black Widow».
Pero ella explica el asunto. «Las escenas de acción son muy silenciosas porque son un trabajo muy meticuloso. Debes estar muy concentrado en apenas un cuarto de segundo, medio segundo o tres segundos. Aprendí eso al trabajar con grandes coreógrafos y dobles. Es como hacer la coreografía de un baile. Es un trabajo muy específico. Entonces, no hay gritos ni nada así».