Quizás es debido al ejemplo de Diana (quien siempre fue muy cercana a sus hijos a pesar de contar con la ayuda de todos los empleados que pudiera necesitar), pero el príncipe William y Kate Middleton siguen paso a paso la crianza de sus tres hijos. Algo que los desmarca de las generaciones anteriores de la realeza británica.
Y los Duques de Edimburgo a cargo de sus hijos a pesar de contar también con el apoyo de una de las mejores niñeras del Reino Unido, María Borrallo. Esto se debe a que los jóvenes monarcas buscan que George (7), Charlotte (5) y Louis (2) tengan una niñez y una educación lo más normal posible.
Esto implica hacer actividades junto con los niños e ir a sus eventos escolares, además de jugar con ellos y disfrutar de la lectura en familia. Y también deben enseñarles buenos modales y administrar castigos en caso de que no los cumplan.
La expulsión
Según publica The Sun, la regla más estricta de William y Kate se refiere a los gritos: «Gritar está absolutamente prohibido para los niños y cualquier indicio de gritarse entre ellos se resuelve con una expulsión».
Es decir, envían a los niños a sus habitaciones, para calmarlos y conversar con ellos. «Los apartan de la escena de la pelea. Interrumpen la disputa entre sus niños y luego les hablan con calma. Así les explican las cosas y describen las consecuencias. Pero nunca les gritan», explicó la fuente.