La tutela legal que se le impuso a Britney Spears hace más de una década, y que en la práctica cede el control sobre su fortuna personal o las decisiones importantes de su vida a terceras personas, implica además que todos sus ingresos y sus gastos quedan reflejados rigurosamente en una serie de documentos legales a los que ahora ha tenido acceso el portal The Blast.
Estos papeles desvelan que la princesa del pop pagó 1.202.504,30 dólares a su equipo de asesores y abogados a lo largo de 2019. Su propio padre, que ejerció como su tutor hasta septiembre de 2019, recibió 128.000 dólares por desempeñar ese mismo rol hasta que renunció por motivos de salud para ser sustituido temporalmente por la mánager de la cantante.
La propia Britney recibe un pago semanal que puede gestionar como desee y que se gastó en tiendas como Target, Anthropologie, Walmart y Amazon. Los mencionados documentos también reflejan que invirtió cerca de un millón en reformas en su casa -parte de ese dinero se dedicaría sin duda a remodelar el gimnasio de su casa que se quemó recientemente- y que dedicó otros 90.000 dólares a realizar viajes.
Los defensores del movimiento #FreeBritney, que consideran que su último ingreso en una clínica de salud mental no fue voluntario y que estaría siendo controlada por sus allegados para que estos puedan seguir lucrándose, basan gran parte de su teoría precisamente en el hecho de que la artista no controla su propio dinero y, por tanto, no sería realmente libre de ir y venir donde quiera.
Sin embargo, su padre ha insistido en varias ocasiones en que es la justicia californiana la que decide qué es lo más adecuado para su famosa hija, y él solo se limitaría a velar por sus intereses.