Comentarios de todo tipo ha generado la publicidad que Kel Calderon protagonizó para la marca de chicles Big Time, donde simulaba estar en una fiesta en la que, con la mirada, coqueteaba a otro modelo para luego enredarse en un candente momento.
El registro audiovisual fue publicado por la licenciada de derecho y tuvo un amplio recibimiento entre sus seguidores quienes comentaron su sensual participación. Sin embargo, Calderón también fue blanco de críticas, especialmente por parte del colectivo feminista «La rebelión del cuerpo», quienes a través de una carta abierta expusieron su visión crítica del asunto.
«Estimada Kel, nos dirigimos a ti NO por no estar de acuerdo con que una mujer sea libre de vivir su sexualidad y decidir sobre qué hacer con su cuerpo: al contrario, creemos que es importante, necesario y poderoso vivir nuestra sexualidad desde la libertad personal, social corporal, y emocional», señalaron.
«Sin embargo, no podemos ignorar la manera en que dicha libertad es difundida, sobretodo en un contexto tan poco participativo y socialmente responsable como la industria publicitaria en donde el cuerpo femenino es puesto al servicio del interés económico».
La organización quiso hacer hincapié en que «el supuesto empoderamiento que proporciona la libertad de participar (o no) en la perpetuación de estos estereotipos – creemos – desvía la discusión de fondo: una en donde la sociedad no le está tomando el peso que corresponde a cómo estas decisiones comerciales está construyendo a perpetuar a la desigualdad de género poniendo a las mujeres – a su autoestima, cuerpo, identidad, posición social, sexualidad – como objetos de consumo y ciudadanas de segunda clase».
Además, el colectivo emplazó a Calderón a ser parte de la solución al problema que plantean admitiendo su posición de visibilidad en los medios. «Tú eres referente para muchas y por eso queremos decirte que tu participación en la publicidad es clave… pero para generar un impacto positivo, para inspirar, para potenciar a las niñas, adolescentes, y mujeres que te admiran. Ese poder es enorme y te pedimos, desde la más absoluta humildad, usarlo para empoderar, para recuperar el poder personal, y no para seguir entregándolo a merced del placer ajeno».
Finalmente, concluyeron con una pregunta tanto para Kel Calderón, como para los demás lectores: «¿Es necesario hipersexualizar para vender chicle?».