Marcelo Castillo, más conocido como el cantautor nacional «Kaskivano», fue denunciado públicamente por la madre de su hija y ex pareja, Natalie Pincheira, con quién sostuvo una larga relación de siete años. Según ella, al interior de su casa se escondían diversos tipos de violencia psicológica y física.
Así lo sentenció Natalie, quien llevó esta denuncia a una «instancia judicial (que) me obligó a armarme de valor y atreverme hablar», según dice su comunicado.
En la misiva la joven narra el primer hecho de violencia, vivido con Castillo cuando recién comenzaban a vivir juntos en Santiago. Según cuenta, el artista la habría violentado y además habría amenazado con suicidarse, sosteniendo un cuchillo en las manos. Esta situación se habría reiterado en el futuro, por lo que Pincheira decidió terminar con la relación hace ya más de un año.
«El primer hecho de violencia que me permito relatar, ocurrió en Santiago. Vivíamos en un departamento y a raíz de una discusión el me encerró en la pieza, yo me desesperé, luego el entró a la pieza, me tiró en la cama, me apretó del cuello, después me metió a la ducha. Posteriormente tomó un cuchillo, gritó y se quería tirar del séptimo piso del edificio. Nunca me había enfrentado a algo así. Una vez, ya calmado, él solo pedía perdón y la eterna promesa de cambio. El pedía perdón y yo perdonaba una y otra vez», menciona en la declaración.
Pincheira asegura en su carta que le pidió reiteradas veces al cantante abandonar el hogar, a lo que él le respondía que “se iría solo” si una situación así se volvía a repetir, mas nunca lo hizo pese a volver a agredirla.
Además, agravando los hechos, la mujer denunció que el hermano de Chinoy también violentó a su hija: “si bien fue un padre diligente de hacer comida o cambiar pañales la paciencia no era lo suyo. También le pegó a mi hija de 2 años en ese entonces, le dejó la mano marcada con relieve y fue para mi cumpleaños. Tenía una conducta reiterativa de echar a perder los buenos momentos. Después de pegarle lloró, pidió perdón, decía que él no era así, que estaba presionado, estresado, que su vida era terrible, por supuesto, que lo perdonara”.
«Hoy, y faltando a la verdad, él cuenta que tenemos buena relación, que estamos más amigos, que la cosa está más tranquila, que tenemos amigos en común, que él está sanado, por supuesto para blanquear su imagen y no perder el título de cantautor consciente. Esto no es más que manipulación con el entorno, ya que desde que nos separamos nunca más lo vi, me quedé con la responsabilidad total de la crianza, y la comunicación telefónica que alguna vez tuvimos por nuestra hija fue cada vez peor, hasta tener que decidir no hablarle nunca más», denuncia.
El relato además concluye con una reflexión de la joven: “Parte de salir de toda esta oscuridad, es quitarme el miedo y salir del silencio, porque sí, la violencia hay que gritarla, hay que denunciar. Son años de soportar, de querer ver cambios, de querer crear una familia, de cuestionarse”.
Si bien hasta el momento Kaskivano no ha dado declaraciones sobre la denuncia, las críticas no se han hecho esperar, pues dentro de las temáticas que toca con su trabajo musical está la lucha social y el feminismo.
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