«Amiga me va a dar un paro cardíaco», dice una adolescente que está en el público. Aquella frase resume lo que Ed Sheeran provoca en el público chileno: llantos, griterio y emoción.
A las nueve en punto el artista se Sube al escenario solo y, guitarra acústica en mano comienzan los rasgueos acompañados de un delirio constante por parte de la fanaticada. El concierto comienza con «Castle on the Hill», canción que forma parte del tercer disco «Divide». La respuesta, saltos y gritos. Terminada la canción Ed Sheeran hace su primera interacción con las 14 mil personas que llegaron al Movistar Arena: «Hola Santiago» para luego comenzar a rapear mientras le da palmadas a las cuerdas para cantar «Eraser». Pero como buen caballero británico, el artista se da el lujo para agradecer con palabras de cortesía, porque si algo caracteriza al artista es que durante su carrera ha mantenido un bajo perfil. Ed Sheeran es aquel chico tímido y quitado de bulla que cae bien por no ufanarse de su talento y hacer lo que mejor sabe: cantar.
Pero además Sheeran goza de otro atributo. Ser un gran anfitrión, uno que transporta a una fogata playera con baladas como «Bloodstream» y «happier» mientras que entre cada canción cambia las guitarras que llevan el logo de su último disco. Quizas el único detalle es que su voz se pierde entre tanto fervor adolescente. Pero no importa porque el público se rindió desde antes de que empezara el show y el artista lo sabe, por eso se da el lujo de jugar para que la multidud cante.
Quiero que canten más fuerte que en Europa. Dice el británico mientras la gente aplaude y mueve las manos de arriba hacia abajo en «Galway Girl» y la escena se repite cuando llega el hit «Barcelona». Ed Sheeran es el tributo a la simpleza. El cantante no necesita de un espectáculo de luces para cautivar, tampoco de grandes movimientos sobre el escenario. El músico da prueba de que sólo es necesario una buena voz, un par de botellas en el escenario y canciones románticas que llegan al corazón del público que siente como si les cantaran al oído.
A pesar de venir para promocionar «Divide», el artista también agasajó al público con temas de su segundo disco «X». Fue así como uno de los puntos altos estuvo marcado por el lento «Photograph», seguido por «Sing». Pero lo mejor vino para el final con el lento «Thinking Out Loud» y para el epílogo llegó el postre, el hit «Shape Of You» en una noche de talento y emociones que marcaron la primera parte de un regreso que hoy tendrá un nuevo capítulo.
