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Los primeros brotes de Benjamín Walker

Dos años han pasado desde que Benjamín Walker fue galardonado con el premio Pulsar a Artista Revelación. En ese tiempo el músico de 24 años hacía su debut musical con “Felicidad”, uno de los mejores álbumes locales del 2015. Hoy, el hijo de Ignacio Walker y Cecilia Echeñique se apronta para dar el siempre complicado paso del segundo disco, uno que llevará por nombre “Brotes” y que empezó a gestarse en México junto a importante aliado, el cantautor nacional Javier Barría, cuyo trabajo “Estación Pirque” fue uno de los puntos altos del 2017. “Me fui a México con él y Carolina Nissen y, en paralelo a trabajar en una obra de teatro, hicimos una mini gira. Lo bonito fue la relación que se fue generando con Javier Barría. Siempre he sido muy admirador de él y durante el viaje surgió la idea de que trabajara como productor musical del disco”, cuenta.

Durante la gira que realizaron por tierras aztecas y por Colombia compartieron mucha música y Walker aprovechó de mostrarle “las maquetas y demos que había escrito después de “Felicidad”. “Fue durante ese proceso en el que fuimos eligiendo las canciones y definiendo un sonido. Un concepto al que quisiéramos llegar entre los dos y eso se concreto a finales de diciembre del año pasado y durante la primera semana de enero de este año”, cuenta.
Previo a dar estos primeros pasos hacia “Brotes, Benjamín Walker tenía claro cuál era su objetivo general a logra con este nuevo trabajo. “Estoy muy feliz del procesos que significó el primer disco y, a partir de eso, me nació la necesidad de un estándar de calidad artística y musical muy alto. Eso ha sido un desafío muy grande y me ha tenido tomando consideraciones que antes no tomaba. Me quise abocar más en realizar un disco que fuera una obra por si misma y que fuera más homogéneo. Lo que más me preocupe fue encontrarme con un sonido, que fue la gran búsqueda que tuve detrás de estas canciones. Dar un paso para que la gente pueda identificar un sonido en particular conmigo, lo que era bastante difícil. Y creo que es un paso de maduración que habrá que evaluar una vez se lance el disco”, afirma.

Por ello, la alianza con Javier Barría fue clave: “La gracia de este proceso es que yo fui aprendiendo mucho del oficio junto a él. De no solo limitarme a escribir algunas canciones cuando fuese necesario, sino que tener la posibilidad de generar una temática alrededor y darle una mística”, cuenta Walker y agrega: “La gente no se da la paciencia de trabajar un disco como un todo. El último disco del Javi, con el que rayé conceptualmente, me dio la paciencia de no estar sacando música como loco sino que hacer algo lindo de ello”. Sobre su nuevo álbum, que estará disponible a fines de junio, adelanta: “Es un disco muy personal y un poco más maduro. Tiene algo de hacerme la pregunta a mi mismo de qué es que quiero hacer y qué quiero cantar. Y en el marco de eso, tal como lo hice en “Felicidad”, hablo de sentimientos personales ligados al amor y una serie de cosas bien íntimas. También relato historias, manifiesto inquietudes, pero siempre desde este plano personal”.

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