Sabido es que los artistas que participan de festivales de la talla de Olmué 2017 tienen ciertas peticiones especiales que van más allá de los requerimientos técnicos meramente musicales.
En el pasado, por ejemplo, Vicentico pidió un plato de ensalada en particular y tuvo un ataque de ira en camarines cuando se percató que venía con aceite, llegando incluso a patear las puertas y tirar lejos la estatuilla recibida en el escenario. Y es que muchos artistas tienen muy claro lo que quieren antes y después de sus presentaciones, y no aceptan menos que eso.
En esta versión, en tanto, las solicitudes de los invitados al certamen fueron bastante menos estrafalarias que en otras ocasiones. Nadie pidió el agua de Noruega que solicitó en su última visita Cristian Castro, aunque sí hubo algunos que pidieron botellas de alcohol muy especificas, cuyo valor se acerca a los 100 mil pesos.
Ese fue el caso de Pedro Fernández, quien pidió para su camarín una botella de licor Martell VOSP que no bebió tras su show, pero se llevó con él tras abandonar El Patagual.
El intérprete de «Yo no fui» exigió además una botella de tequila Don Julio reposado que supera los 40 mil pesos y 20 toallas negras.
Los Ángeles Negros también fueron específicos a la hora de pedir alcohol para su camarín. Eso sí, ellos solo solicitaron un ron Solera que tiene un valor cercano a los 45 mil pesos.
Myriam Hernández, por su parte, tuvo un requerimiento distinto, pero no menos particular. La cantante que abrirá hoy la noche de clausura del certamen pidió 24 rosas colombianas blancas, sin espinas, que debieron buscar con cuidado para que fueran de un tipo de blanco muy específico. Dichas flores se encuentran abotonadas y guardadas en Viña del Mar, y llegarán a Olmué solo momentos antes de la actuación de la voz de «El hombre que yo amo».