"No expongan sus vidas ni las de sus hijos. No salten las vallas. No intenten cruzar por el desierto. Esperen a hacer los trámites para pedir asilo", son las recomendaciones que les hace un equipo de la Secretaría de Derechos Humanos de Honduras a los migrantes de ese país que ya llegaron a Tijuana, en el norte de México, en la frontera con Estados Unidos.
Son ya miles y se quedarán por "un tiempo indefinido, tal vez de algunos meses". Ese es el escenario más probable, según los distintos entrevistados por BBC Mundo.
Alden Rivera Montes, embajador de Honduras en México, dice que Tijuana será "un lugar de destino temporal" para los migrantes por entre 6 y 16 meses.
La caravana que salió de San Pedro Sula en Honduras, el 12 de octubre, está llegando en distintos grupos.
La fronteriza Tijuana es conocida por ser "una ciudad de migrantes", pero esta es una situación extraordinaria y representa un gran reto, reconocen los expertos.
Los migrantes se han concentrado en el centro deportivo Benito Juárez, a unos pasos de la frontera internacional. Ahí se repiten las escenas de refugio que se han visto en su paso por México.
Algunos, la minoría, en especial familias con niños pequeños, duermen en colchonetas en un gimnasio techado. Otros, a ras del piso en unas enormes carpas blancas o en casas de campaña que les han regalado.
Hay muchos que duermen bajo plástico o directamente a la intemperie.
"En la noche temblamos de frío, en el día nos pega todo el sol", dice Norland, un joven migrante.