Nuestro propio sistema inmunológico puede ser un arma fundamental para combatir el cáncer: esa es la premisa detrás de la terapia galardonada este lunes con el Premio Nobel de Medicina 2018.
Y se trata de una terapia que tiene al menos un paciente muy famoso: el expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter.
Hace tres años, el exmandatario que en 2002 recibió el Premio Nobel de la Paz, pensaba que solo le quedaban algunas semanas de vida. "Estoy preparado para lo que sea y espero una nueva aventura", afirmó en agosto de 2015 en una rueda de prensa en su natal Georgia. "Esto está en las manos de Dios".
Tenía 90 años y los médicos le acababan de retirar parte del hígado pero también le habían encontrado cuatro focos de melanoma en el cerebro.
Sin embargo, solo cuatro meses después, Carter sorprendía al mundo con la noticia de que no quedaba rastro de cáncer en su organismo.