El mismo día en que los gobiernos de Perú, Colombia, Chile, Paraguay, Argentina y Canadá solicitaron formalmente a la Fiscalía del Tribunal Penal Internacional que abra una investigación por la supuesta comisión de crímenes de lesa humanidad en Venezuela, Nicolás Maduro compareció ante la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York.
El presidente venezolano aseguró que su país es víctima de "una feroz ofensiva diplomática" y acusó a "los gobiernos satélite" de Estados Unidos en Latinoamérica de sumarse "arrodillados" a las maniobras hostiles que, según dijo, impulsa Washington.
La solicitud al Tribunal Penal Internacional llega tan solo un día después de que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos impusiera una nueva ronda de sanciones a dirigentes clave del chavismo, entre ellos la esposa de Maduro, Cilia Flores, conocida en la terminología oficial venezolana como la "primera combatiente".
El presidente Donald Trump también fue muy crítico en su discurso la víspera ante la ONU con el gobierno de Venezuela, al que, dijo horas después, los militares venezolanos podrían derrocar fácilmente si se lo propusieran.
Todo ello llevó a Maduro a culpar a Trump de protagonizar en la sede de la organización multilateral "una de las arremetidas más infames y bochornosas" contra Venezuela.
Maduro también protestó contra las sanciones de Washington, a las que calificó de "unilaterales e ilegales".