De pie, en el palacio presidencial en Ankara, el presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan ordenó este martes el comienzo de la construcción de Akkuyu, la primera planta de energía nuclear en su país.
A su lado estaba Vladimir Putin, presidente de Rusia, de donde es originaria la empresa Rosatom, principal constructora de este complejo que costará más de US$20.000 millones.
A través de una pantalla de video, ambos vieron como a unos 500 kilómetros de ahí, en la región de Mersin cerca al mar Mediterráneo, juegos pirotécnicos y decenas trabajadores uniformados marcaban el inicio de este ambicioso proyecto que planean terminar en 2026.
"Es difícil exagerar la escala de este proyecto", dijo Putin durante la ceremonia. "Esto marca una nueva etapa en el desarrollo de la economía de Turquía".
Por su parte, Erdogan dijo que la planta contribuirá a la seguridad energética del país y "jugará un rol importante contra el cambio climático". Esto, a pesar de que ha sido criticada por grupos ambientalistas.