Se acerca el fin de 2017. Otro año se va, ya sabes, y para muchos nuevamente llega el momento de hacer un balance personal.
Si dejas de lado la situación de tu país o del mundo, ¿podrías decir que, en general, fue un año feliz para ti, con muchas satisfacciones? ¿O fue decepcionante? ¿O te es indiferente?
Sea cual fuere tu respuesta, este tipo de valoraciones suelen involucrar sentimientos humanos, y en el transcurso de la historia la ciencia ha tratado de medirlos de distintas maneras.
Pero ¿lo ha logrado?
Hay quienes aseguran que es imposible ponerles cifras a las emociones, porque son muy complejas, cambiantes y tienen un sinnúmero de matices.
Aún así, varias generaciones de investigadores no han renunciado al intento y se han dedicado a desarrollar instrumentos cada vez más rigurosos para cuantificarlas.
El método más usado ha sido el análisis de encuestas y censos.